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Bajo el título “Clase Jazz: técnica, estilo y emoción” se realizó el pasado fin de semana el primer Intensivo de Artes del Movimiento del ciclo 2016 a cargo del bailarín, actor y coreógrafo Mariano Botindari. Las dos jornadas que duró la capacitación contaron con la asistencia de veinte personas provenientes de la danza contemporánea, del jazz y de ritmos latinos.

El Intensivo estuvo estructurado con sesiones de calentamiento y preparación del cuerpo para dar lugar a ejercicios de improvisación en parejas. Luego se procedió a la realización de una coreografía de Contemporary Jazz, una fusión entre el estilo clásico del Jazz y la danza contemporánea, mientras que la última jornada estuvo dedicada al Broadway Jazz. “Las clases estuvieron armadas de manera sencilla para que sea fácil de seguir e inculcar un cuidado consciente del cuerpo y evitar lesiones”, expresó el coreógrafo. “La propuesta estuvo enfocada en buscar el lado expresivo de los bailarines y su personalidad al bailar más allá del material que el maestro y el coreógrafo pueda darle”, agregó.

De esta manera concluyó la primera de las propuestas que integrarán los intensivos de Trayectoría, el espacio pensado por la Secretaría de Cultura de la UNL para la capacitación y especialización de artistas y hacedores de la cultura de la comunidad universitaria y la región abocados a diversos campos y lenguajes de expresión artística.

Jazz e independencia

En su paso por la ciudad de Santa Fe y como parte de un extenso cronograma de capacitaciones que realiza a lo largo de todo el país, el bailarín destacó la buena predisposición de los asistentes al Intensivo y la actitud de apertura hacia nuevas técnicas de Danza Jazz. “Fue un grupo mezclado con muy buen nivel técnico. Si bien hubo algunos principiantes en la disciplina, me gusta trabajar con la mezcla de niveles, bailar y poder compartir el mismo espacio creativo”, expresó Botindari.

Respecto de la independencia estilística que sugiere el Jazz, comentó que en su experiencia siempre le fue difícil hallarla desde la danza jazz pura. No obstante, afirmó que sí es posible hacerlo al fusionarla con otros estilos como la danza contemporánea y otras danzas urbanas como la meditación.  “El jazz tiene ciertas estructuras que me gusta fusionarlas con otras cosas para lograr esa libre expresión y después llevarlas a otras coreografías”, explicó. “Me interesa que las chicas y chicos jueguen y encuentren la danza desde el juego y la libertad más allá de lo técnico. Si logramos desarmar eso me parece más interesante”, concluyó.