Mujeres y ciencia

Jornada de Género con Ciencia

Viernes 20 de noviembre de 2015 / Actualizado el viernes 20 de noviembre de 2015

La Secretaría de Ciencia y Técnica participó de una actividad organizada por la por la Cátedra Regional UNESCO Mujer, Ciencia y Tecnología en América Latina, y la UBA.

La situación de las mujeres en ciencia está lejos del ideal de equidad. A pesar de que son mayoría en las aulas de las universidades, la pirámide se invierte cuando se mira la cima, ya sea en cargos ejecutivos a nivel universitario o en categorías de investigación y docencia.

“No hace falta ir a los números para darse cuenta de que no hay 50% de hombres y 50% de mujeres. La hipótesis nula de que hay igual proporción no se demuestra”, indicó Juan Carlos Reboreda, decano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA durante la apertura de la jornada “Género con-Ciencia”, organizada por la Cátedra Regional UNESCO Mujer, Ciencia y Tecnología en América Latina, y las Facultades de Exactas, Filosofía y Sociales de la UBA en la que participó la Secretaría de Ciencia y Técnica de la UNL junto a investigadoras y docentes de esta casa de estudios. “Estos números muestran algo consistente en el mundo científico”, agregó.

Según datos presentados por el decano, elaborados junto a Alicia Dickenstein, profesora del Departamento de Matemática e investigadora superior del CONICET, en el CONICET el 52% de los investigadores son mujeres y el 48% varones. “Esas cifras bajan cuando se analizan las categorías y sólo el 25% de los investigadores superiores son mujeres. En la UBA se da la misma proporción en la escala docente”, dijo.

Para analizar esta situación y empezar a visibilizar una realidad muchas veces negada, se organizó esta jornada en la que también participaron destacadas investigadoras vinculadas a la cuestión de ciencia y género como Dora Barrancos, Gloria Bonder y Graciela Morgade.

“En la UNL trabajamos el tema en pos de una mejora en la igualdad y de la gestión de las políticas científicas, pero también en la misma producción de conocimientos, que puede mostrar debilidades de diseño e interpretación cuando se aborda desde puntos de vista sesgados”  dijo Erica Hynes, Secretaria de Ciencia y Técnica de la UNL. ”Participamos de la actividad de la FCEN de la UBA con mucho entusiasmo, porque una de las maneras de avanzar es construir redes y colaborar, y porque es muy importante que estos temas se debatan en ámbitos tan gravitantes”, agregó.

Sujetos libres

Graciela Morgade, decana de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA y especialista en educación, puso el foco en la formación que reciben las mujeres, que está inmersa en un sistema patriarcal. Para la investigadora, la escuela y la universidad son espacios no neutrales, donde a pesar de que las mujeres son mayoría, tanto en el estudiantado como en el número de egresadas, están condicionadas por los procesos micropolíticos que les impiden desarrollarse en libertad.

“Los sujetos no son totalmente libres, pues están determinados por factores históricos, culturales, económicos, entre otros, pero tampoco están completamente sujetos a esas determinaciones. No hay un libreto a seguir”, destacó y se preguntó si hacen bien las mujeres en seguir caminos que saben serán hostiles, jugando con este planteo a interrogar al auditorio y a interrogarse sobre la estrategia de la transgresión y sus efectos en las vidas de las mujeres.

Como respuesta, llamó a analizar lo que llama “la triada” compuesta por los docentes, estudiantes y contenidos y detectar los sesgos androcéntricos que transmiten para modificar la realidad.

Morgade remarcó finalmente, que el tema de las mujeres en ciencia es un problema de justicia. “Mientras haya mujeres afuera de esos campos, esos campos van a perder. La justicia será la desaparición o barrimiento de esos límites y esas determinaciones prejuiciosas que generan autodeterminaciones por elecciones diferentes”.

Dureza cognitiva de las mujeres en ciencia

A su turno, la socióloga, doctora en historia, y directora del Área Ciencias Sociales y Humanidades del CONICET, Dora Barrancos puso el énfasis en la necesidad de que las mujeres en particular y el sistema en general tome consciencia de la situación. “Hay que percatarse de la cuestión”, dijo. “Es ingenuo pensar que los cambios extraordinarios se van a dar simplemente por un avance demográfico”.

Barrancos dijo que hay una “dureza cognitiva” de las mujeres en ciencia, que les impide percatarse de la realidad. Según la investigadora, esta situación  radica en creer que el patriarcado es inexorable. “Para superar la inequidad, la primera cuestión es percatarnos de que hay inequidad, de que hay una mala distribución de las oportunidades, a pesar de los cambios extraordinarios que se han producido, societarios y demográficos”.

Si bien Barrancos reconoció que en los últimos años se produjo una ampliación de la base del CONICET y más mujeres pudieron acceder, es necesario tomar una posición más clara y firme en el tema.  “Las modificaciones del CONICET no bastan, (licencia por maternidad, variar la edad para formación doctoral y pos doctoral, etc.) Hacen falta medidas de acción positivas”, dijo.

Barrancos llamó también a fortalecer las redes de acción y conocimiento y a que las mujeres se involucren. “A las mujeres, que se percaten de lo que les pasa, que es lo mejor que les va a ocurrir. Los milagros no vienen de afuera, sino de las causas profundas que hacen los verdaderos agentes afectados en sus derechos”. 

Igualdad no es un juego de números

Gloria Bonder, directora del Área de Género, Sociedad y Políticas, de FLACSO fue la última en tomar la palabra, y realizó un estado de la cuestión. Después de mostrar estadísticas de Argentina y del mundo, dijo que  “la igualdad no es un juego de números. No alcanza con nivelar mujeres y varones. Es necesario transformar e innovar”.

Al igual que Barrancos, Bonder destacó la necesidad de que las mujeres tomen consciencia de su situación, algo que no siempre es fácil del lograr. “Hay un espejismo de igualdad, que es muy difícil de erradicar, y que contribuye a hacer invisible la discriminación”, destacó.

Un tema importante que también abordó durante sus palabras fue la perepción que tiene la sociedad sobre las mujeres en ciencia. Citó una encuesta recientemente publicada por la Fundación L’Oreal en la que 7 de cada 10 personas decían que las mujeres no tienen capacidad para convertirse en científicas de alto nivel. Para revertir este imaginario colectivo, amparado en un sistema androcéntrico de entender y enseñar la ciencia, Bonder dijo que es necesario “querer otra ciencia y otra tecnología y enseñar otra ciencia y otra tecnología”.

Antes de dar paso a las preguntas, la investigadora destacó que es muy positivo que se empieza a debatir estos temas y que se incorporen valores de género en todas las ramas de la ciencia. “Tengo la sensación de que estamos ante el develamiento de algo que permanecía invisible, hay muchas investigaciones, el campo del género es prolífico, diverso, y está en constante crecimiento. Esto es positivo”, concluyó.  

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