UNL Noticias

Una nueva fecha de música en el Foro se realizará el próximo 28 de abril en la Sala Maggi. A partir de las 21 subirá al escenario el reconocido artista, Jorge Milchberg.  Considerado como un hacedor de sonidos, el músico y su charango crean un espacio que, a través de la música y los silencios, logra alcanzar y hacer alcanzar cierta catarsis liberadora.

Una experiencia completa
El artista ha dedicado gran parte de su vida en crear situaciones musicales de intimidad  en un marco de libertad, rigor y orden, haciendo de la ritualidad de la música en su estado más puro, el camino hacia una espiritualidad vital y generadora.
Especialista en la construcción de puentes que unen sonidos y silencios fecundos, Milchberg  traspasa, con prudencia, respeto y  una delicada y equilibrada acción sobre cada nota,  los pórticos más imperturbables  del silencio.
Su gran aporte es una cristalización melódica gracias a inteligentes combinaciones instrumentales, donde el charango ha aprendido a pintar, desde la técnica del claro-oscuro, permitiendo la yuxtaposición de los sonidos, exaltando, a la vez,  el valor de cada uno.
Así logró plasmar  en sus creaciones y arreglos, el complejo universo  sonoro del folklore argentino y amerindio, procurándole un  pentagrama vivo y audaz, donde es posible experimentar una ingeniosa confluencia entre memoria, identidad y contemporaneidad como consecuencia de las nuevas relaciones creativas que establece Milchberg con la matriz artística tiempo – espacio, concibiendo el discurso musical como una interacción entre idea, vivencia y lenguaje, penetrando, así,  con sagacidad y clarividencia, en  la trama más profunda del mensaje musical.

Recorrido del atrista
Recién llegado a Europa como pianista, Jorge Milchberg inicia su trayectoria como músico y arreglador, como director de orquesta a partir del encuentro con figuras como Paco Ibañez y Marie Laforet. En ese periplo, es el charango el que encuentra a Jorge, y le dicta su música. Jorge Milchberg logra de este instrumento lo que nadie antes había experimentado. Lo convierte en un instrumento multifacético, capaz de interpretar lo clásico y lo simple, lo sublime y lo profano, sus amores y sus lugares, las luces y las sombras. Jorge Milchberg no es un simple charanguista, es la expresión de una relación amorosa entre sus manos, el instrumento y los sonidos del alma.