Conflicto por las papeleras

Investigador santafesino participará en los estudios de Botnia

Miércoles 21 de noviembre de 2007

Los trabajos evaluarán la contaminación que generan los efluentes que la papelera arroja al río Uruguay. Un investigador del INTEC estudiará las poblaciones ictícolas.

“El Uruguay tiene pocos peces, pero puede tener muchos menos después de Botnia”, dijo Ing. Norberto Oldani, el investigador santafesino que integra el equipo de especialistas que estudiarán las consecuencias de la instalación de la papelera en el ecosistema del río Uruguay. 
El trabajo forma parte del Plan de Vigilancia Ambiental del Río Uruguay, que fue encargado por la Secretaría de Medio Ambiente de la Nación a instituciones científicas de todo el país, entre las que se cuenta el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y universidades nacionales.
En este caso, Oldani –investigador del INTEC, dependiente del CONICET y la UNL- se encargará de una parte del estudio, la que evaluará las poblaciones de peces que se encuentran en esa región del río Uruguay, con la intención de determinar si la papelera modifica (y cuánto) la fauna ictícola de la región.
El especialista y su grupo viajarán a Entre Ríos y estudiarán 30 kilómetros de río, justo a la altura del efluente con el que la papelera arroja sus desechos al agua. “El lugar donde se vuelcan los efluentes es el mejor sitio de reproducción de las sardinas en todo el río Uruguay”, contó Oldani, y también es un lugar en el que se reproducen especies como los bagres marinos. Pero también es un sitio por el que circulan especies de gran importancia económica, como el sábado, el surubí o el dorado.
En su migración, estas especies “pasan en algún momento por el efluente de Botnia; si ese efluente los afecta –por ser grande o mediano en relación con el río, por ejemplo- se compromete el repoblamiento de todo el río Uruguay”.

Más contaminación
La fauna ictícola viene sufriendo alteraciones que afectan las poblaciones de distintas especies, como la instalación de la represa de Salto Grande y la misma contaminación de las costas de Buenos Aires.
“Los peces tienen una afinidad muy grande con el ambiente que los rodea, y cualquier alteración termina por influir en su ecosistema. El Uruguay ya tiene pocos peces, pero se puede quedar con menos después de Botnia”, dijo Oldani, que aclaró que no estudiarán las causas en la mortandad de peces sino cuáles son y cómo están compuestas las poblaciones.
Para eso se utilizarán metodologías que evitan daños ambientales, como ecosondas de alta sensibilidad y trampas especiales que capturan vivo al pez; “después los analizamos, los medimos y los devolvemos al río”, explicó Oldani. “Los estudios de impacto ambiental pueden producir impacto ambiental. En este caso vamos a evitarlos”, agregó el especialista.
Oldani adelantó que se comenzará a trabajar “en estos días” en el proyecto, que se completará con los aportes del resto de los especialistas.
El Plan Integral de Vigilancia Ambiental estará coordinado por la Secretaría de Medio Ambiente de la Nación y en su ejecución participarán –además de las instituciones mencionadas- la Comisión Nacional de Energía Atómica (Conea), el Servicio Meteorológico Nacional, el Ministerio de Salud y Ambiente de Entre Ríos y la intendencia de Gualeguaychú.

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