En Esperanza
Instalan una estación de monitoreo del Río Salado
Miércoles 15 de octubre de 2008
Investigadores de la UNL diseñaron y pusieron en funcionamiento un equipo que mide la conductividad y temperatura del agua. Con ingenio lograron reducir los costos y obtener datos cada hora, vía telefonía celular.
Monitorear un río de forma remota es una manera de obtener datos constantes y estar alerta ante fenómenos de contaminación sin la necesidad de disponer de personas en el lugar. Pero recolectar esta valiosa información se tornó un desafío técnico cuando investigadores de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) se propusieron instalar una estación de monitoreo remoto del Río Salado en la zona de Esperanza, con tecnología de desarrollo propio.
El mayor inconveniente que tuvieron que superar los expertos de la Facultad de Ingeniería Química (FIQ) fue cómo diseñar un equipo de bajo costo que funcione de forma autónoma y pueda transmitir mediante un celular en una zona de bajo nivel de señal.
“Desarrollamos electrónica e informática de bajo costo de instalación y operativo. Por 30 pesos de abono a la compañía celular nos alcanza y sobra crédito. Además, el consumo eléctrico es mínimo”, comentó el Lic. Hugo Kofman, docente e investigador de la FIQ – UNL y director del grupo de trabajo.
“Este tipo de dispositivo para medir variables hídricas ya existe, pero normalmente utiliza sensores conectados a satélites. Eso implica importantes inversiones y el pago por el uso de la señal satelital”, aclaró Pablo Lucero, miembro del grupo de investigadores.
¿Cómo funciona?
Los equipos se instalaron a unos 10km de la ciudad de Esperanza, en el camping municipal, a orillas del río en 2007. Los investigadores visitaron regularmente la estación durante el período en que se calibró el sistema y desde abril de este año funciona con normalidad.
Se trata de un equipo relativamente sencillo compuesto por una bomba que toma el agua del río, una computadora, una interfaz de adquisición de datos a la que se conectan los sensores, un teléfono celular y una unidad de suministro de energía para cuando se corta la luz. La estación de monitoreo se colocó en una casilla preexistente, y la bomba en una casilla auxiliar que proveyó la Municipalidad de Esperanza.
Cada hora, el software se ocupa de operar la bomba, activar los sensores, obtener los datos y transmitirlos vía correo electrónico por una línea de telefonía celular. “Recibimos los correos electrónicos y los datos se van acumulando en una planilla. Así podemos mantener un registro de la temperatura y la conductividad del agua durante un tiempo prolongado”, contó Kofman.
El sistema está diseñado para prever situaciones problemáticas comunes –como cuando se tilda la computadora- y la forma de solucionarlo automáticamente sin la intervención de una persona.
Desarrollos y desafíos
Para concretar la estación, el equipo de investigadores recurrió a desarrollos anteriores, pero también al ingenio. ”Había partes que ya se habían hecho acá como lo que es el sistema de adquisición de datos, que ya se había hecho como servicios, por ejemplo, para cromatografías”, dijo Kofman.
Pero se requerían otros dispositivos, como el sensor de conductividad, que solamente podía importarse con un costo en dólares inaccesible para el proyecto. “Lo reemplazamos con nuestro trabajo. Rastreamos modelos para ver cómo eran y lo desarrollamos en nuestro laboratorio”, explicó.
Otro de los desafíos era la mala recepción de la señal de telefonía celular en la zona. Antes de comenzar con el trabajo, los expertos realizaron un estudio de prefactibilidad en el que la calidad de la señal era muy buena. Sin embargo, tiempo después el servicio perdió calidad y los investigadores se enfrentaron a situaciones como la pérdida de señal, de servicio o incluso el cambio de configuración de los servidores.
Para hacer frente a estos inconvenientes, el grupo diseñó un software de transmisión de datos que logra aprovechar los picos de la fluctuación de la señal que no es constante. Por lo tanto, intenta enviar la información cada 10 minutos hasta que coincide con un pico de señal y se concreta el envío. Este sistema fue iniciado por un cientibecario, Fernán Serralunga y luego se fue perfeccionando.
Datos obtenidos
El proyecto se desarrolla de manera conjunta entre profesionales de FIQ y de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (FICH – UNL) quienes tenían a su cargo la interpretación de la información recogida.
“Medimos temperatura del agua y conductividad eléctrica lo que nos permite calcular la salinidad del agua de río. Estos parámetros son importantes, a su vez, para tratar de calcular otros indicadores de calidad de agua”, explicó el Dr. Alfredo Trento, docente e investigador responsable desde FICH.
Los especialistas están en la etapa de experimentación y recolección de información para ensayar modelos numéricos. El objetivo es lograr una representación de la hidrodinámica del Salado que contemple los defectos dinámicos presentes en el escurrimiento, incluyendo las variaciones de temperatura.
De acuerdo con Trento, la estación se instaló en Esperanza porque es un lugar donde ya han trabajado –desde hace años- en relación a la presencia de contaminantes. “Es un tramo de río que ya conocemos, ya hemos navegado y conocemos el tipo de sustancias presentes”.
Además, esa ubicación dispone de energía eléctrica -fundamental para poder instalar los equipos-, tiene la ventaja de contar con cuidadores para evitar actos delictivos y es de fácil acceso.
Si bien en la actualidad la estación sólo monitorea dos variables, la infraestructura permite ampliar el número de datos a observar.