Preservación y desarrollo
Impulsan los recursos forestales nativos en San Javier
Lunes 8 de noviembre de 2010
Desarrollan un vivero con plantines hechos a partir de semillas de ejemplares seleccionados de la zona. Con la participación de productores, escuelas y asociaciones civiles, el proyecto de la UNL apunta a la promoción de la incorporación de los árboles nativos
Mucho más que madera, los árboles nativos ofrecen una alternativa para el desarrollo productivo santafesino. Sombra para ganado, obtención de sustancias naturales de uso medicinal, protección de cultivos, árboles forrajeros o mielíferos son algunas de las posibilidades. Un grupo de docentes y estudiantes de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) lleva adelante un proyecto de extensión a través del que ponen en funcionamiento un vivero de árboles nativos en San Javier, Santa Fe.
“El objetivo es que algunos productores planten especies nativas en sus campos y para eso el primer paso el lograr el vivero”, dijo Daniel Temporelli, docente de la Facultad de Ciencias Agrarias (FCA) de la UNL y director del proyecto.
Con el antecedente de un trabajo similar en la Cuña Boscosa, los miembros del proyecto encararon la iniciativa extensionista junto con la Asociación Pequeños Productores de La Brava (Aso.Pe.Pro.), la Asociación para el Desarrollo Regional de la Costa, la organización Eco San Javier y escuelas primarias y secundarias de la zona. También participa el Programa Social de Bosques (ProSoBo) de orden nacional, así como la municipalidad de San Javier y el gobierno de la provincia.
Primara etapa
Recolectar los frutos de los árboles del bosque es una tarea digna de las hormigas, sin embargo se trata de un esfuerzo de conservación que se llevó adelante por iniciativa de ProSoBo con el apoyo de la UNL. De esta manera pudieron seleccionar algunas características deseadas para las plantas del vivero.
“Primero se eligen los ejemplares con mejores características forestales”, señaló Temporelli. Se trata de árboles que tienen una pequeña copa “porque eso quiere decir que es más eficiente para producir madera”. Se busca que tenga buen tronco, que sea cilíndrico y con pocas ramificaciones.
“Después –explicó– hay que corroborar que esas características que son fenotípicas –que se ven– sean genéticas, es decir, que va a dar buena descendencia”. El proceso incluye juntar las semillas, analizarlas y hacer los plantines. “Se evalúa el desarrollo de cada plantín”, contó Temporelli. Al ver cómo crecen las plantas, los investigadores pueden detectar de manera temprana características deseables.
Una vez obtenidos los plantines, el énfasis se puso en el desarrollo de un vivero y la capacitación de los productores. “Se hicieron talleres y un foro. Al mismo tiempo se trabaja en la concientización en las escuelas”, detalló Temporelli.
Según señaló el docente, lograr incorporar la temática forestal no es fácil y requiere un cambio cultural. “Un montecito para el abrigo del ganado o una cortina en el perímetro del cultivo son cambios chicos que se pueden incorporar”, reflexionó.
El problema
De acuerdo a los datos de Zonificación del Bosque Nativo de 2007, la región central santafesina perdió en 12 años el 7,5% de hectáreas de montes. En particular, la deforestación registrada en el departamento San Javier, alcanza el 19,85% de la superficie de monte.
Ante esta realidad, el objetivo del trabajo es lograr un enriquecimiento de los bosques nativos en la zona de islas y aledañas a los ríos. Para ello, los expertos sugieren principalmente el uso de Aliso de río (Tessaria integrifolia) y Sauce criollo (Salix humboldtiana).