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Ante un Paraninfo lleno de jóvenes y adultos, el neurocientífico Facundo Manes disertó sobre “Nutrición y cerebro”, junto a la decana de la Facultad de Ciencias Médicas (FCM) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), Larisa Carrera, en el marco del Programa Nacional Nutrichicos que lleva adelante el diputado Nacional Mario Barletta.

En la ocasión estuvieron presentes la diputada nacional, Griselda Tessio; el diputado provincial, Ángel Mascheroni; el decano de la Facultad de Ingeniería Química (FIQ), Enrique Mammarella; el secretario General de la UNL Pedro Sánchez Izquierdo; y el secretario de Extensión, Gustavo Menéndez entre otras autoridades gubernamentales y universitarias.

En el inicio de la conferencia la decana de la FCM de la UNL hizo entrega al Dr. Manes del título honorífico “Huésped de honor” en reconocimiento a su trayectoria, labor científica y compromiso social, ya que es considerado, además de una eminencia en su área, una persona con fuertes valores y sólidas convicciones.

A lo largo de su coloquio Manes hizo referencia a temas puntuales presentes en la realidad Argentina. Se refirió a toda la sociedad, a los problemas de nutrición y de desarrollo cognitivo de las personas en la primera infancia y juventud. Habló sobre el poco progreso en calidad educativa que se evidencia actualmente siendo un problema de envergadura.

Manes sentenció que “en un país donde se produce alimentos para cuatro veces Argentina, es inmoral que hay un niño con hambre. Eso es un suicidio colectivo”. En esa línea fue que destacó el trabajo que se realiza en la provincia de Santa Fe en materia de alimentación y nutrición, de lo cual destacó la Fábrica de Alimentos perteneciente a la UNL. Del mismo modo, felicitó a la Universidad por la calidad educativa de sus diferentes facultades e institutos y en la formación que se le brinda los alumnos. Al respecto concluyó “que la provincia de Santa Fe es un modelo a seguir en toda la Argentina”.

Por último, dirigiéndose al público presente, reflexionó diciendo que “en el país, como ciudadanos, tenemos que proyectar a largo plazo. Debemos pensar en los resultados que permitan un cambio profundo y no en los efectos a corto plazo de los cuales sólo pueden verse resultados inmediatos pero que no perduran en el tiempo. Es muy probable que, por una cuestión biológica, no lleguemos a ver el país que soñamos pero, así como en los 80 se reclamó, se luchó y se obtuvo la democracia, del mismo modo debemos hacerlo por el país que soñamos tener”.