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“Si me pasa algo, voy al Cullen”, es la premisa para muchos vecinos de Santa Fe y alrededores. Así, el hospital de mayor complejidad del centro-norte de la provincia, el “Dr. José María Cullen”, recibe diariamente en promedio 450 pacientes para consultorios externos de distintas especialidades. En el año la cantidad de consultas llega a las 240 mil según los datos brindados por el propio efector.
Un grupo de estudiantes y docentes de la Escuela Superior de Sanidad (ESS) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) realizó un proyecto de extensión para conocer quiénes y por qué eligen atenderse en el Hospital.
Según los datos recabados por el equipo extensionista, el 67 por ciento de los que asisten lo hacen por autoderivación, es decir, por iniciativa propia y no indicación de otro profesional de la salud. Las especialidades más demandadas son, en primera instancia, Traumatología, seguida por Odontología, Neurología y Clínica Médica. “Clínica y en muchos casos Odontología, están disponibles en centros de salud de los distintos barrios, por eso nos interesa saber por qué se genera esta concentración en el Hospital”, explicó Luciana Vidal, directora de la iniciativa de extensión universitaria, docente de la ESS de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas (FBCB) de la UNL.

Elegir el Cullen
El trabajo se llevó adelante el año pasado y los datos terminaron de procesarse en 2010. En total, un grupo de 32 estudiantes de la cátedra de Demografía e Información Sanitaria relevaron datos de pacientes, del personal y la dirección del nosocomio.
A partir de las 225 encuestas aplicadas a los pacientes se conoció que el primer motivo por el cual eligen asistir allí es la “mejor atención”. Según explicó Vidal, esto es algo subjetivo que hay que analizar porque disponer de mejor infraestructura y complejidad no implica una mejor prestación cuando el problema por el que se consulta es simple.
La “rapidez” para obtener los turnos y la “disponibilidad y acceso a estudios de diagnóstico y tratamiento” fueron los otros motivos declarados de mayor relevancia. En el otro extremo, las opciones menos representativas fueron la “comodidad” y la “no atención en un centro de salud”.
Además, el proyecto indagó sobre la derivación de los pacientes. Siete de cada diez de los que concurren a los consultorios externos lo hacen por su propia cuenta. “Este dato responde a todas las especialidades médicas, incluso las que se encuentran disponibles en los centros de salud”, recalcó.

Para optimizar
“Quienes llegan autoderivados son personas que ingresan al sistema de un modo que no es el adecuado desde el punto de vista técnico. En muchos sentidos es algo cultural”, reflexionó la directora del proyecto.
Para poder desconcentrar la atención y permitir al Hospital trabajar en lo que le es propio (la emergentología y la más alta complejidad) es necesario modificar costumbres y hábitos culturalmente instalados. La función de los centros de salud, orientados a la atención primaria, es dar respuesta a muchos de los requerimientos de los vecinos que, sin embargo, acuden al Hospital.
“Para lograr un cambio y una optimización de los recursos es necesario empezar a informar a la población en cuanto a la disponibilidad de servicios que existe”, comentó Vidal. En este sentido, el proyecto se propuso compilar información útil sobre cada uno de los centros para que los propios profesionales del hospital puedan informar a los pacientes que asisten.
Al realizar un balance de la experiencia, la docente destacó que aún hay mucho por hacer y que una de las grandes incógnitas es qué ocurre del otro lado. “Esto es lo que recabamos desde el Hospital, falta un trabajo similar desde los centros de salud para conocer cuál es su realidad”, afirmó.