Formación Docente
Enseñanza en ambientes virtuales, un curso para desarrollar buenas prácticas
Sábado 26 de junio de 2021 / Actualizado el sábado 26 de junio de 2021
Con más de 350 participantes inscriptos, se desarrolla el curso Diseño de la enseñanza en ambientes virtuales tecno-pedagógicos, a cargo de docentes del Centro de Educación y Tecnologías de la UNL.
Más de 350 docentes y gestores de todas las Unidades Académicas, centros universitarios y escuelas preuniversitarias de la UNL son parte del curso “Diseño de la enseñanza en ambientes virtuales tecno-pedagógicos”, llevado adelante por especialistas del Centro de Educación y Tecnologías (CEDyT) de la universidad.
La capacitación forma parte del Programa de Formación Docente de la UNL y está estructurado a partir de tres ejes: el diseño de la enseñanza, el diseño de la comunicación y el prototipado de ambientes virtuales. Cada uno de ellos está conectado a pistas que se traducen en sugerencias de uso y buenas prácticas de la plataforma Moodle.
El primer encuentro -sincrónico por videoconferencia, encabezado por la directora del CEDyT, María Alejandra Amborsino- atendió intereses de los inscriptos e inscriptas: mejorar las interacciones con los y las estudiantes, planificar diferentes tipos de actividades académicas y evolucionar en las interfaces gráficas de las aulas fueron algunos de los objetivos manifestados por los y las participantes. De esta manera, la directora del CEDyT recuperó aspectos centrales de las inquietudes y generó un intercambio como punto de partida.
Llegó para quedarse
La docente Alejandra Ambrosino propuso pensar en torno a la idea de “la educación virtual llegó para quedarse”. Así, surgieron preguntas reflexivas para ordenar las premisas: ¿qué es lo que llegó para quedarse y qué deseamos que quede? “Puede existir una idea instalada de que la virtualidad en las clases se reduce a los encuentros docente-alumnos por videoconferencia, pero no es así y en gran parte este curso se propone trabajar en torno a todo lo que implica ser docentes en la virtualidad, tanto a nivel pedagógico como de instrumentar los recursos tecnológicos”, explicó la docente.
Luego se refirió a la virtualidad pedagógica para hablar de la manera en que se diseña la propuesta de cátedra en el marco de la virtualización que los docentes definen como “de contingencia”. En este sentido, la directora del CEDyT citó al antropólogo Néstor García Cacnlcini, quien hace referencia a los escenarios híbridos en donde “algo emerge y funciona diferente”.
“Se puede trazar un paralelismo con las nociones en las que habitualmente oponemos virtualidad y presencialidad, lo nuevo frente a lo tradicional. Esto conduce a reflexionar sobre un proceso que se transita en la actualidad, cómo se aprende de esta experiencia en la virtualidad mientras se edifica algo distinto en términos de diseñar una nueva experiencia para los alumnos y que, además, puede tener un importante asidero en el futuro”, indicó Alejandra Ambrosino.
El tercer punto que abordó la docente fue la recomposición, al indagar en lo que se reconfigura en este escenario de virtualización, en donde la educación tradicional está atravesada por el campo de las tecnologías y los procesos educativos propios de la virtualidad. En este sentido se centró en el rol docente y sus prácticas. “Aquí aparece una reflexión ligada a la tecnocracia: un docente que construye su perfil enfocado solamente en las herramientas digitales y no se desafía a pensar en términos más transformadores desde lo pedagógico, es un educador anclado en la tecnocracia. Cuando se hace referencia a estos procesos se nota cómo emergen nuevos escenarios no imaginados en el quehacer diario de la enseñanza, por eso la propuesta del curso incluye pensar qué proyecciones se pueden hacer en un marco que puede resultar incierto en términos de adaptación”, precisó.
Otro asunto propio de la tarea de enseñar y aprender, abordado en el curso, tiene que ver con el trabajo en red y la colaboración entre pares. “La dimensión tecno-pedagógica tiene una fuerza particular en este sentido porque las TIC´s han traído recursos que sirven para potenciar esta práctica. Parte de entender la educación mediada por tecnologías es comprender este aspecto. El intercambio y la colaboración permiten construir comunidades de prácticas en la virtualidad”, expresó la docente.
“El investigador Cristóbal Cobo -explicó Ambrosino- nos ayuda a comprender algunas transformaciones sustantivas en la educación formal e indica que existe un contenido, un contenedor y un contexto. Si entendemos el contenido como la propuesta de cátedra, el contenedor como el ambiente virtual y el contexto como el estado de la educación mediada, es posible pensar una relación entre estas tres patas estructurales que se traduzca en nuestras prácticas de enseñar y aprender”.
Seguidamente, la docente y directora del CEDyT recuperó el comentario de un participante del curso que instó a lograr que "la pantalla se torne más atractiva para el que está del otro lado”. “¿Qué esconde y que muestra esta afirmación? Demanda resignificar y pensar lo no estructurado. La pantalla, la interfaz, es un lugar muy diferente al aula de la presencialidad en el sentido que brinda otras posibilidades. El comunicador e investigador Carlos Scolari explica que la interfaz, lo que se ve en la pantalla de un ambiente virtual, es aquel lugar en donde suceden las cosas. Por eso, para que la pantalla se torne más atractiva, es importante que el docente piense en lo que le interesa que suceda del otro lado con su alumno”, reflexionó.
Las nuevas formas de enseñar
Para cerrar el primer encuentro, Alejandra Ambrosino hizo lugar a dos preguntas planteadas por los participantes: ¿descubrimos formas de enseñar?, ¿hay otras búsquedas en la enseñanza? "Al recorrer y revisitar algunas dimensiones tecno-pedagógicas se evidencia que surgen nuevas formas de participar y por ende participantes de otro tipo, más avezados tal vez y demandantes de nuevas motivaciones. Por esto la problemática de generar interacción fuera de la sincronicidad y presencialidad, teniendo en cuenta también la masividad, es un desafío", indicó.
Por último, se refirió a las plataformas sobre las que se construyen los espacios y ambientes virtuales. “¿Por qué son importantes? Además de ser la estructura que los sustenta y les da entidad, son atendibles porque en estas herramientas se desarrollan las narrativas de cátedra y brindan ciertas pautas sobre las que se construyen las experiencias pedagógicas que se desean desarrollar. En estos espacios se abren ecosistemas de nuevos procesos. Debemos reentender las posibilidades tecnológicas de las plataformas pero darles sentidos pedagógicos”, finalizó la docente.