Vinculación
Empresas de base tecnológica: el recurso del conocimiento
Martes 13 de diciembre de 2016 / Actualizado el miércoles 14 de diciembre de 2016
María Luz Martiarena invita a problematizar los modelos teóricos de las empresas de base tecnológica, en función del análisis exhaustivo del entorno en el que nos movemos y la realidad de nuestra región.
Si de abordar la problemática de las empresas de base tecnológica (EBTs) se trata, es necesario desandar la naturaleza de este tipo de emprendimientos, y problematizar los modelos conceptuales que han intentado dar cuenta de ellas, a partir de repensar la relación entre las EBTs y el entorno y del rol de la gestión tecnológica. Así lo propone María Luz Martiarena, doctora en Física (Instituto Balseiro, Universidad Nacional de Cuyo), experta en el desarrollo de tecnología y el abordaje de los modelos, procesos de gestión y uso del conocimiento.
“Desde los ámbitos académicos, hace más de 30 años que discutimos esta temática y aún podemos contar con los dedos de las manos las EBTs que se generan en nuestro país. Es momento de analizar números, evaluar impactos, ver qué pasa con los financiamientos para las EBT, y si queremos llegar a generar empresas que sean disruptivas a partir de la academia, es necesario que reflexionemos acerca del rol del vinculador tecnológico”, señaló la especialista.
Naturaleza de las EBTs
Las EBTs se caracterizan por realizar actividades de innovación, desarrollo y generación de conocimiento y ser motores de crecimiento en países de avanzada. Normalmente están próximos a los centros generadores de conocimiento líderes en el mundo. Para Martiarena, al momento de analizar la ecuación de producción de cualquier empresa se tienen en cuenta cuatro elementos, los recursos, el trabajo, el capital y la tecnología.
“Hay empresas que son recurso natural intensivo, las mineras por ejemplo. Hay empresas que son de trabajo intensivas, aquellas que necesitan gente trabajando todo el tiempo, en tanto la persona es el principal motor de trabajo de la empresa, las textiles por ejemplo. Existen después las que son capital intensivo, las empresas son las extractivas, las grandes petroleras que requieren de muchísimo capital para mover máquinas; y hay, por último, empresas que son recurso-conocimiento intensivas”. Según señaló, el caso más claro es la empresa INVAP Sociedad del Estado, creada en la década de 1970 a partir de un convenio firmado entre la Comisión Nacional de Energía Atómica de Argentina (CNEA) y el Gobierno de la Provincia de Río Negro. Desarrolla proyectos complejos en clave tecnológicos y de integración de sistemas.“Esta empresa hace desarrollos a medida, satélites, reactores nucleares, terciarizando la producción en serie, para pensar en lo que sigue. Una empresa que no tenía siquiera espacio para vivir, alquilo durante muchísimo tiempo, este año cumple 40 años y el edificio que tiene lo tiene hace mucho menos de una década. Su recurso más importante es el conocimiento de la gente. Una empresa de base tecnológica, entonces es aquella donde su principal recurso, su base de producción es el conocimiento generado. Ese es su punto cero”.
Base tecnológica versus capacidad de innovación
Acerca de la relación entre la base tecnológica y la capacidad de innovación de las empresas, Martiarena explicó: "la innovación como tal, ya sea planteada como proceso o como producto, presenta una ventaja competitiva, reporta una novedad. Una empresa de base tecnológica es una empresa innovadora, pero no todas las empresas de innovadoras son de base tecnológica. Puedo tener una empresa que fabrica zapatos, que incorpora la innovación a través de las máquinas, y no necesariamente es una empresa recurso-conocimiento intensiva. Esa persona va a necesitar cuero, es decir la materia prima, va a necesitar diseño y otros insumos, pero el conocimiento no es el corazón de su empresa. Distinto es, por ejemplo, el emprendedor que pensó el primer fax, que si bien hoy es una tecnología antigua, fue disruptiva en su momento”. Con este ejemplo, quedó presentada otra característica: “los productos de una empresa de base tecnológica, como cualquier producto, tiene un ciclo de vida”.
Las EBTs pueden ser clasificadas a partir del nivel tecnológico del conocimiento que generan, o bien, pueden ser pensadas en función de las características de su nacimiento. Al respecto, la docente señaló que si “se piensa en función de la mayor complejidad del conocimiento, están lo que llamamos los “buques insignias”, la tecnología de punta que son empresas disruptivas, empresas que ponen conocimiento en áreas en las que a nadie se le había ocurrido. Un ejemplo cercano es la creación de Facebook, sistema en el que, a partir de distintos códigos, se genera un código nuevo, con efecto multiplicador propio de algo que antes no existía. Tiene la característica que empieza algo de cero, es un conocimiento que hasta ese momento no estaba y que la aparición de ese conocimiento revoluciona, es disruptivo, cambia el paradigma.
Hay otras empresas que pueden llegar a tener un mediano nivel de conocimiento incorporado, por ejemplo en el metroviscosimetro de sangre, con el cual con una sola gota se puede hacer un análisis, para el que antes se necesitaba una jeringa, entonces resuelven la problemáticas relacionadas a la viscosidad de sangre de los recién nacidos. En ese caso, no es una tecnología disruptiva porque todas las distintas partes del desarrollo ya se conocían, pero logran, a partir de un conocimiento medianamente complejo, hacer un desarrollo que tiene una mejora completamente en función de la aplicación del conocimiento. Y, por último, una empresa de bajo conocimiento que hace una mejora a una menor cuantía, por ejemplo los servicios de consultoría que hacen servicios que quizás agilizan un proceso, si bien tiene menor nivel de conocimiento, es un conocimiento diferente”.
La problemática de los spin off universitarios
Cercanas a la realidad de las universidades, una de las formas que puede tomar una EBT es el spin off universitario, una empresa que sale de los laboratorios, llamadas también empresas de base científica. Son empresas que pueden ser disruptivas y por lo general tienen una aplicación muy rápida en el mercado, sin embargo, tal como señaló “son las que las que están más lejos de éste”. Las EBTs también pueden nacer de una corporación, es decir de otra empresa (spin off corporativo). Para Martiarena, de las características que le den origen a la empresa y de la complejidad del conocimiento, dependen las variables que se requieren para que esa empresa viva. “Generar conocimiento y ponerlo en valor tiene un código, una receta, una caracterización de ese conocimiento. Hay conocimiento explícito que es el que está escrito, pero ese conocimiento es un 10% de todo el que existe en una comunidad, una sociedad, un entorno, en la academia. Es como ver la punta del icberg. El resto, el conocimiento tácito existe, en tanto y en cuanto interactúa la gente. Las formas de poner en valor esos tipos de conocimientos, son muy distintas. Es mucho más fácil si lo tengo en el libro, o si tengo una patente asociada. El objetivo que nos debemos proponer es problematizar la idea de llegar con el conocimiento al mercado y hacer de eso un bien social o económico".
La “novia esquiva” y el modelo del equilibrista
Intentando desandar la relación entre la generación de EBTs y la sociedad, Tomás Buch, científico, el primer físicoquímico argentino, que trabajó en el INVAP y ha escrito sobre tecnologías, habló de un modelo que llamó la “novia esquiva” basado en la problemática de crear las tecnologías y llegar al mundo real. Su modelo dice, haciendo una analogía con esta relación, que pensar esto es trasladable a cuando el novio quiere llegar a la novia y ella se va, es esquiva.
“Tratando de entender porque tenemos pocas empresas de base tecnológica, fui un poco más allá sobre ese modelo, pensando que por más que la novia sea esquiva, tiene que estar pasando alguna otra cosa. Mi teoría para explicar la relación entre las EBTs y la sociedad, se acerca al modelo de los trapecistas de los circos, que tienen dos palos muy altos enfrentados y abajo una red. Esa estructura se vuelve más sofisticada según la característica del circo. Lo que a nosotros nos pasa, es que seguimos en el modelo de las empresas tecnológicas disruptivas, salidas del sistema científico. Podemos haber armado muy bien esa estructura en la que nos tenemos que subir, y entonces tenemos ministerios, laboratorios, equipos, investigación, y el investigador o el tecnólogo se está balanceando allá arriba, pero resulta que donde tiene que ir, está del otro lado del trapecio. El mundo real que debería tener la base en industrias, educación, comercio, está en el otro trapecio y el punto es que el investigador tiene que saltar de un lado al otro y normalmente la red que los tiene que contener está un poco deteriorada. Hay que problematizar esto", recalcó la disertante.