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La Universidad Nacional del Litoral (UNL) cuenta con una amplia trayectoria de vinculación y trabajo cooperativo con el sector productivo y el Estado en proyectos que buscan realizar aportes tendientes a mejorar la calidad de vida de nuestra comunidad.
Bajo estas premisas y en un contexto nacional poco favorable, el 12 de marzo del 2003 se creó por Resolución Nº32 el Programa Padrinos y en el mes de mayo de ese mismo año se firmaron los primeros convenios de padrinazgo.
Esta línea de trabajo institucional fue una opción para paliar las necesidades económicas del momento, pero que se sostuvo en el tiempo y pudo constituirse como un espacio a partir del cual las empresas e instituciones de Santa Fe y la región contribuyen a la generación de capital social, productivo y científico-tecnológico.
Actualmente el Programa cuenta con 108 empresas e instituciones que realizan aportes para dar apoyo a diversas acciones y a través de diferentes montos de contribución. Este número da cuenta del compromiso asumido por las instituciones locales y su visión que supera aquella que se basa sólo en alcanzar mayores ingresos, para defender la que les permite asumir nuevos compromisos e involucrarse activamente en la resolución de las problemáticas de la región.

Una década, una centena de acciones
Durante estos largos años la coyuntura de la provincia ha sufrido sus vaivenes y la Universidad no ha sido ajena a ello. Sin embargo, las empresas e instituciones continuaron creyendo en el vínculo, apostando y aportando para que decenas de obras y  más de ciento de acciones pudieran hacerse realidad.
Entre las obras y acciones realizadas, se destaca la restauración de los espacios de los órganos de cogobierno, que ocupan tres salas que se brindan al servicio entero de la comunidad universitaria (Consejo Superior, El Paraninfo y El Ateneo). Otra gran acción fue la restauración del gimnasio 15 de julio, ubicado en el Predio UNL-ATE. La recuperación y puesta en funcionamiento de este espacio es fundamental para la práctica de algunos deportes, especialmente básquet y voley.
Con el aporte de los Padrinos, la Universidad cumplió el sueño del estudio audiovisual propio, como un paso más en la construcción de la agenda de comunicación de la UNL; realizó la campaña biblioteca del barrio, cuyo objetivo es fomentar la lectura e incrementar el vínculo entre vecinos; y se construyó una importante garita de colectivos en Ciudad Universitaria; lo cual permite el ordenamiento del transporte público y es un resguardo de las inclemencias del tiempo para los docentes y estudiantes que utilizan este medio de transporte.

La empresa pionera
La voz de los protagonistas es la vara que sirve como medida precisa de porqué se ha sostenido en el tiempo un programa institucional como el de Padrinos UNL.
La primera institución en adherirse a este Programa fue Rubinzal y Asociados, empresa que luego de diez años ininterrumpidos continúa brindando apoyo a la UNL. “Cuando corría el año 2002, en el marco de una crisis profunda, un grupo de personas empezamos a conversar para encontrar alguna salida económica. Así es que, basados en el concepto que tenemos como empresa sobre la Universidad pública sumado a la historia común que tenemos; nosotros como industria cultural y editorial especializada en temas jurídicos que trabaja desde sus orígenes con la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, decidimos adherirnos en forma inmediata al Programa Padrinos”,  sostuvo el presidente de la entidad, Isaac Rubinzal. Este esfuerzo compartido, según Rubinzal “es uno de los ejemplos de lo que se puede hacer entre una universidad pública y una empresa privada. Esto ha dado muy buenos resultados por eso seguramente en el futuro vamos a seguir trabajando en conjunto, perfeccionándonos”.

Las primeras empresas-padrinos
Entre las primeras empresas en apostar a esta iniciativa se suman La Elisa S.A., Banco Credicoop Coop. Ltda, Celulosa Moldeada S.A., Espaq Fe, Sadesa S.A.; Pilay S.A; y Sudamfos S.A., y otra que aún continúa brindando su apoyo es Glutal. Esta empresa familiar de la vecina localidad de Esperanza, dedicada a la molienda húmeda del maíz, fue fundada por tres ingenieros químicos egresados de la UNL. Según describe la actual directora de la empresa, Patricia Trod, hija de uno de los fundadores: “Ellos fueron quienes decidieron, a partir de la invitación del rector de aquel entonces, integrarse al Programa Padrinos UNL para apoyar e incentivar a nuestros jóvenes a que despierten el entusiasmo por seguir las carreras”. Según la opinión de Trod, este programa institucional “es una buena iniciativa porque les hace llegar información a los estudiantes, egresados y empresas de la función que tiene la Universidad en materia de asesoramiento, en la difusión de propuestas y en el desarrollo de nuevas ideas. Por eso creo que es importante que se conozca un poco más la iniciativa en la zona”.

Desayuno de trabajo
Con motivo de conmemorar los diez años del Programa Padrinos, el viernes 31 de mayo a las 8:30, se realizará un desayuno de trabajo. En esta oportunidad, el rector de la UNL, Albor Cantard, y el secretario de Vinculación Tecnológica y Desarrollo Productivo, Eduardo Matozo, convocaron a las primeras empresas que se incorporaron al Programa  y que continúan apostando a este trabajo conjunto. Los Padrinos que acompañan a la institución desde hace diez años son: Rubinzal y Asociados S.A., La Elisa S.A., Banco Credicoop Coop. Ltda, Celulosa Moldeada S.A., Espaq Fe, Sadesa S.A.; Pilay S.A; Glutal S.A; y Sudamfos S.A.