Biología

El Murciélago Orejón se suma a la fauna entrerriana

Viernes 1 de abril de 2016 / Actualizado el viernes 1 de abril de 2016

Ahora son 18 las especies de quirópteros registrados en Entre Ríos, ya que biólogos de la UNL y personal del Museo Ameghino de Santa Fe hallaron un ejemplar en Algarrobito II, departamento Nogoyá, muy lejos de donde se sabía que habitaba.

Biólogos de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y del Museo Ameghino de Santa Fe encontraron en Entre Ríos un ejemplar de Eumops perotis, el nombre científico por el cual se conoce al Murciélago Moloso Orejón Grande, del que no se tenía registro. Con este hallazgo se incrementa la riqueza de quirópteros de la provincia a 18 especies y se amplía entre 75 y 100 km hacia el sudeste su distribución conocida.

“Es uno de los murciélagos más grandes de la región. Al investigarlo nos dimos cuenta de que en Entre Ríos no había registros, por lo cual ahora sabemos que está presente”, destacó Leonardo Leiva, que junto a Patricia Bierig y Andrés Pautasso investigó el tema en la Facultad de Humanidades y Ciencias (FHUC) y en el Museo Provincial de Ciencias Naturales Florentino Ameghino.

Según Leiva, se llegó al registro luego de que un familiar de los investigadores encontró un ejemplar en la localidad de Algarrobito II, departamento Nogoyá, en abril de 2011. “Había encontrado varios ejemplares de murciélagos, entre los que se encontraba el Moloso Orejón Grande, que fue el que más le llamó la atención por su gran tamaño. Cuando nos pusimos a ver qué especies había en Entre Ríos nos dimos cuenta de que ese no estaba en la lista”, recordó.

Para el especialista son importantes estos tipos de registros, porque que permiten ampliar el conocimiento científico. También los museos de ciencias naturales por la posibilidad de conservar especímenes de gran importancia para la ciencia. “El animal luego ingresó al Florentino Ameghino. Al saber dónde se encontró el ejemplar también sabemos cuál es el contexto del murciélago”, aseveró.

Grandes orejas

El espécimen fue encontrado muerto en el jardín de una vivienda, en el suelo y debajo de árboles frutales. Fue conservado en alcohol al 70% por aproximadamente un año y en 2012 fue donado a la colección del Museo Provincial de Ciencias Naturales Florentino Ameghino. “Hay una especie muy similar llamada Eumops dabbenei, en la que el largo de las orejas no sobrepasa el hocico, esa es la gran diferencia con el Eumops perotis y un factor clave para distinguir una de otra”, detalló Leiva. Eumops perotis tiene una amplia distribución, ya que habita desde Estados Unidos hasta Centro y Sudamérica, pasando por México, Cuba, Venezuela, Colombia, Bolivia, Ecuador, Perú, Paraguay, Brasil y Argentina. En nuestro país se lo encuentra principalmente en las provincias del noroeste y los registros más cercanos para la especie corresponden a Santa Fe capital y a Rosario, por lo que se incrementa entre 75 y 100 km hacia el sudeste la distribución conocida para la especie.

“No es raro que lo hayan encontrado en Entre Ríos, pero la causa de que no se supiera de él hasta ahora es probablemente la escasez de estudios sobre quirópteros en la provincia. También puede ser que haya habido un desplazamiento por cuestiones como el calentamiento global y más probablemente por las grandes modificaciones del ambiente”, reflexiona.

De acuerdo con Leiva, en Argentina existen unas 60 especies de quirópteros, mientras que en Santa Fe, por ejemplo, hay unas 22. “Es un bicho que vuela muy alto, que habita en grietas, en árboles y donde pueda encontrar recovecos. Personalmente, nos los vi nunca en grupos, sino solos. Comen insectos, a diferencia de otras especies del norte y el noroeste, que tienen otra alimentación, ya que hay nectarívoros, frugívoros, carnívoros y hematófagos como algunas especies de vampiros. En Santa Fe, por ejemplo, se encuentra el Murciélago Pescador, que come peces y los caza en vuelo”, comentó.

Mala prensa

Para Leiva, los murciélagos son de esos animales que tienen mala prensa, como las serpientes, por ejemplo, y ante los que la gente reacciona negativamente. “Las personas ven uno y piensan en matarlos, porque les generan repulsión y miedo o simplemente desconocimiento. Sin embargo, tenemos el gran desafío de comprender que son animales muy beneficiosos. Tenemos que superarnos como humanidad”, apuntó.

“Hay miles de murciélagos en las ciudades, pero generalmente no los vemos. Son grandes consumidores de insectos, entre ellos mosquitos como los que transmiten el dengue, y pueden ayudarnos a combatir diferentes plagas”, finalizó Leiva.

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