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“Estrategias de descentralización de la enseñanza superior apoyadas por la tecnología educativa", fue la conferencia que desplegó el Dr. Thomas Michael Power, doctor en “Educational Technology” por la Universidad de Laval, en Québec Canadá, y  profesor Asociado de la Facultad de Educación de dicha casa de altos estudios. La actividad se realizó el lunes 13 de mayo, en la Sala Ateneo de la UNL y fue organizada por la Secretaría de Ciencia y Técnica.
Power refirió que existe clara evidencia de una crisis de la educación superior a nivel mundial, asociada a una creciente brecha entre los lugares disponibles y los necesarios para que los jóvenes realicen estudios universitarios. Esta disminución en las posibilidades de acceso a  estudios universitarios se debe a múltiples factores, entre ellos los elevados costos que implica la disponibilidad de tales plazas para las instituciones universitarias.  Asimismo, remarcó que las universidades se encuentran prisioneras del llamado “triángulo de hierro” conformado por tres elementos: acceso, calidad y costo, que supone que al crecer uno de ellos lo hace a expensas de la disminución de los otros dos. Para ello, explicó que “el uso de las tecnologías en la educación sería de gran ayuda para romper el triángulo de hierro y mejorar el acceso sin ir en detrimento de la calidad, y a costos que las universidades podrían afrontar”.

Los orígenes de la descentralización
Power realizó una descripción de diversas estrategias de descentralización de la educación superior, tan tempranas como aquellas iniciadas en 1300, cuando comenzó a aplicarse la movilidad docente, pasando por experiencias del siglo XIX como los cursos por correspondencia, para finalmente llegar a la educación a distancia, el aprendizaje en línea  y las más actuales tendencias de clases virtuales sumadas a un sitio web de base, con elementos en línea sincrónicos y asincrónicos.
El investigador remarcó la importancia de la apropiación de estos útiles tecnológicos, cada vez más amigables, por parte de los profesores de mayor prestigio, que no necesitarán adaptar sus contenidos, ni su estrategia pedagógica, ni preparar materiales especiales, para poder adoptar las nuevas tecnologías, sino que con facilidad cada vez mayor pasarán entre una modalidad presencial y una en línea sin perjuicio de la calidad y sin tener necesariamente que reemplazar una por otra.
La herramienta aparece como especialmente valiosa para cursos de índole conceptual, donde la práctica ocupe un segundo plano, y se adaptaría muy bien a cursos de posgrado, contando con la posibilidad de crear elencos docentes de excelencia y de formar alumnos de diversas carreras, colaborando entre universidades de todo el mundo.