Lunes del Paraninfo
Dos narradores de la escena musical
Martes 5 de mayo de 2015 / Actualizado el martes 5 de mayo de 2015
Daniel Melingo y Gustavo Angelini se encargaron de abrir la nueva edición del ciclo en la UNL. Noche de ritmos porteños y del litoral que decoraron una jornada de pura música e interpretación.
Noche de tango, folklore, aires del litoral y toques de rock marcaron la primera gran noche de esta nueva edición del Lunes del Paraninfo con la presencia estelar del porteño Daniel Melingo y el artista local Tavo Angelini. Una jornada que incluyó la novedad de transmitir por primera vez los recitales en vivo por el canal de Youtube de la UNL.
Angelini con aires renovados
Un conciso “Buenas noches” precedió al instante en el que comenzaron sus interpretaciones. Músicos que se sumaban y retiraban con el correr de los temas marcó un constante ir y venir de artistas. Un espectáculo de guitarras, chelo, acordeón y voces que incluyeron agudos impresionantes del cantante.
Verdaderas piezas artísticas que articularon la voz, con la música y una indiscutible cuota de actuación que poseyó al propio Tavo y que lo hizo desprenderse de las ataduras del escenario y lo invitó a bajarse y caminar. Recorridos que demostraron que, para el artista, los pasillos y los espacios del Paraninfo eran tan sagrados como los metros cuadrados del escenario. Un auténtico juego de miradas y una atrevida interpelación al público con la que acompañó la antología de temas de su último disco “Intimidad” a los que sumó la recreación de algunos éxitos de la legendaria Carneviva.
Relatos eróticos, románticos, urbanos, y de protesta. Gritos arrolladores, aullidos, movimientos bruscos que, a modo de hechizos, lo hacían apuntar con las manos a los instrumentos y sus intérpretes, como dándoles energía. Una especie de ritual mágico que mostró melodías nuevas y sorprendió a un público con géneros nunca antes incursionados por Angelini. Una verdadera muestra de las múltiples facetas del artista que supo desprenderse un poco del rock, sin abandonarlo, y que se animó a explotar otros sonidos, sin encasillarlos.
Melingo, pasión de calle
El ritmo de tango se apoderó completamente del lugar con el poder que tiene la música de transportar a atmósferas sumamente distintas. Daniel Melingo rompió los esquemas del público que disfrutó de una compilación de clásico, rock, atravesados por la milonga y otros ritmos porteños con la intempestiva virtud de relatar a través de las canciones. Un narrador nato de barrio que se apoderó de las letras y las expulsó con interpretaciones que movieron hasta el punto más recóndito de su rostro.
Un personaje que, de saco y sombrero negros, y sin develar su cara rápidamente, adornó las melodías porteñas con su voz arenada que rozaba los graves y coqueteaba con susurros intensos con la elegancia de quien se empeña en conquistar un amor. Un tanguero de paso lento y cauteloso que de a ratos jugó a esconderse no solo entre los objetos sino también entre las melodías y sonidos.
Un repertorio que viró entre las canciones de su última producción “Linyera” y que rindió un fidedigno homenaje a esta figura urbana. Cuentos cantados, leyendas urbanas actuadas y sentidos homenajes a personas significativas de su vida fueron parte del repertorio que se apoderó del cada rincón del escenario. Letras de amor, cariño sincero, vida de barrio, de muchachos, muchachas y calle.