En la última década

Deuda interna y fragmentación social en la Argentina

Viernes 25 de abril de 2014 / Actualizado el viernes 25 de abril de 2014

En el marco del nuevo Ciclo de Conferencias sobre Investigación en Sociología, el investigador Agustín Salvia visitó la UNL. Disertó acerca de la consolidación de las desigualdades sociales en la Argentina de la postconvertibilidad.

El Departamento de Sociología, creado en 2013 en la Facultad de Humanidades y Ciencias (FHUC) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), reinició sus actividades este jueves con la primera conferencia del ciclo Investigación en Sociología, a cargo de Agustín Salvia, referente en el campo de estudio de las desigualdades estructurales y el cambio social. En su visita a la Universidad, Salvia se refirió al proceso de consolidación de la pobreza estructural, entendida en términos materiales y simbólicos, que alcanza en la actualidad a un tercio de la población urbana de Argentina y fractura los lazos ciudadanos, en los que emergen la conflictividad social y la violencia.
El marco conceptual para esos estudios, que contemplan variables estadísticas tradicionales en el campo de los estudios sociológicos, incorpora además una manera de entender el desarrollo social “que no se basa exclusiva ni fundamentalmente en el ingreso monetario ni el acceso a un empleo, sino en qué hacen las personas con esos recursos, cuántos logros y realizaciones tienen no solo a partir de las condiciones materiales sino también por las relaciones sociales y el vínculo que establecen con lo público, en un sentido amplio, para dotar de capacidades y funcionamientos que hacen a las capacidades de florecer humanamente”.
Salvia es doctor en Ciencias Sociales, investigador del Conicet; coordinador del Programa Cambio Estructural y Desigualdad Social en el Instituto Gino Germani, y profesor titular de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. Además, es coordinador del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), creado como un programa de investigación interdisciplinario en el año 2001 para investigar teórica y empíricamente la “deuda social”.

Neodesarrollismo
A la hora de caracterizar el modelo político-económico de la Argentina de la postconvertibilidad, el sociólogo refirió a un proceso que tiene un componente fuertemente asentado en las teorías desarrollistas de las décadas de 1940 a 1970 en Latinoamérica, “a partir de pensar y promover una fuerte intervención del Estado -a través de regulaciones económicas y sociales- y de crear condiciones adecuadas de inversión para la generación de empleo, como un componente central para el desarrollo de un mercado interno que genere la demanda de reindustrialización, con el fin de promover sobre esa base, la movilidad y la inclusión social”. En esos términos, explicó Salvia, el modelo actual mantiene del desarrollismo que “no convoca a pensar un cambio importante en la matriz de desigualdad social y la reproducción del capital, sino que busca reorientar ese capital en función de objetivos fuertemente focalizados en el mercado interno, el empleo y el consumo”.
Lo que diferencia al proceso actual de aquellos lineamientos es, de acuerdo con el investigador, el contexto de apertura de los mercados financieros y comerciales, con una fuerte herencia en nuestro país, originada en las políticas neoliberales en la década de 1990. Frente a ello, “aunque hoy aparecen mecanismos reguladores, no es posible que una formación social latinoamericana o mundial en subdesarrollo escape a la globalización y las condiciones que impone, por lo que este modelo depende fuertemente de los excedentes de exportación que genera el modelo agroindustrial exportador”.
Asimismo, señaló críticamente que entre los pilares del modelo planteado a mediados del Siglo XX “estaba la perspectiva de la planificar el desarrollo, pero cuando uno analiza la última década observamos que la creación de empleo, la regulación de la economía o la atención de los problemas de la pobreza no se hicieron en el marco de una política de desarrollo estratégico a 10 o 30 años, y que el país sigue careciendo de una matriz productiva y social factible, en la donde puedan hacer sinergia las fuerzas nacionales y regionales”.

Las “dos Argentinas”
En esa línea, Agustín Salvia remarcó que aunque las mediciones del Observatorio de la Deuda Social permiten afirmar que “el clima social mejoró en este período, en términos de la confianza en las instituciones y organizaciones sociales, jurídicas, y el sistema político en general; y que los recursos psicosociales de las personas encontraron una mayor capacidad de desarrollarse y participar en procesos de integración social, hay que señalar que este proceso ha sido más fuerte para las clases medias bajas, y medias profesionales, y los sectores asalariados profesionales, pero persiste un tercio de la población donde han sido menos elásticos el bienestar y el florecimiento humano”.
A modo de conclusión, afirmo que “podemos hablar de dos sociedades argentinas, de dos modos de ser, de tener expectativas de futuro, de convivir y organizarse en el mercado del trabajo y el consumo. A pesar de las mejoras y el proceso de movilidad social de los sectores asalariados, la Argentina sigue siendo una sociedad fragmentada”, finalizó.

Cómo sigue
El ciclo de Conferencias sobre Investigación en Sociología continuará el 28 de mayo, a las 19, con la disertación "Precarización laboral y marcos legales", de Irene Vasilachis (CONICET).
En esa oportunidad, tal como ocurrió en la primera conferencia, el comentarista será el Magíster en Investigación en Ciencias Sociales, docente de la Universidad Nacional de Buenos Aires y la UNL, Ernesto Meccia. En relación con el desarrollo de investigación en sociología en la Universidad Nacional del Litoral, el docente destacó que “es importante que la sociología comience a incomodar aquí produciendo conocimiento crítico, que se escinda de las representaciones espasmódicas del sentido común y de cualquier forma de inseguridad informativa, mostrando lo que haya que mostrar”. Y confió en que ”la carrera de Sociología en la UNL pueda proyectarse como una usina productora de conocimiento crítico para la región y el país”.
 

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