Producción lechera
De los mejores padres, los mejores hijos
Martes 23 de octubre de 2007
El mejoramiento genético es una de las claves para lograr una mayor eficiencia en los tambos. Una cooperativa santafesina está probando un método único en el país, que consiste en obtener mejores crías, a partir de mejores padres. El trabajo fue presentado en
El mejoramiento genético es una de las estrategias que ofrece la ciencia para optimizar la producción lechera. Se trata de identificar aquellos animales que se consideran superiores en las características que se desean potenciar y reproducirlos con otros animales también destacados para transferir sus cualidades a sus crías.
Experiencias de este tipo fueron presentadas en la jornada de capacitación “Producción rentable de leche a partir del uso eficiente de las pasturas y los suplementos”, organizadas por el Departamento de Producción Animal de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNL, y que tuvieron lugar el 18 de septiembre pasado en el Paraninfo de la UNL.
“El plan genético debe insertarse en la línea de mejorar la producción por hectárea de leche al menor costo, esto es, mejorar el resultado económico del tambo mediante la producción de vacas que tengan mejor eficiencia de conversión de los recursos forrajeros, con un bajo costo de mantenimiento basado en un tamaño menor que permite incrementar la carga, con una buena performance reproductiva con una alta eficiencia de conservación alimenticia”, indica el trabajo presentado por Roberto Gagliardi y Nicolás López-Villalobos en la jornada de capacitación.
Experiencia en curso
La Cooperativa Nueva Alpina del departamento Rivadavia (Santiago del Estero) tiene en funcionamiento un programa de mejoramiento genético dirigido por el Ingeniero Agrónomo Roberto Gagliardi. El objetivo del programa es identificar cuáles son las vacas capaces de transformar de forma más eficiente el alimento que consumen en ingreso neto para el productor, a fin de alentar su reproducción.
Para ello se valen de un test genético elaborado en Nueva Zelanda por científicos del Institute of Veterinary, Animal & Biomedical Sciences de la Massey University, que toma en cuenta la cantidad de leche producida en cada lactancia, el contenido de grasa y proteínas de esa leche, el peso vivo del animal y otras variables.
“Nosotros podemos estimar mediante un test genético -que se hace en Nueva Zelanda- los valores genéticos de cada animal y relacionarlos con los coeficientes económicos; de ahí obtenemos un índice llamado Mérito Genético Económico Lechero (MEGEL)”, explicó Gagliardi.
El índice MEGEL expresa numéricamente la mejora esperada en términos de ingreso neto por tonelada de materia seca.
“En la Cooperativa elegimos, de una población de 6.000 vacas, las 90 mejores de acuerdo al ranking, y esas son las madres de todos. A su vez, estamos importando semen de toros que elegimos de los disponibles en el mercado para hacer apareamientos programados. De allí nacen los toritos que son los que vamos a utilizar en la población”, explicó Gagliardi.
Este programa, único en el país, se encuentra en funcionamiento en la Cooperativa Nueva Alpina desde el año 2004.
“Recientemente hemos tenido la tercera evaluación genética, pero ya con un buen grado de confiabilidad, y los toros mejor ‘rankeados’ están dando alrededor de $20 de Mérito Genético y Económico Lechero. Para que eso se traduzca en la población, esos toros tienen que procrear hijas y esas hijas entrar en los tambos, lo que implica unos dos o tres años más”, agregó Gagliardi.