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Poner las manos en acción, activar laboratorios, desarrollar experiencias y sobre todo motivar a los estudiantes a pensar las ciencias son algunos de los desafíos actuales de la educación. (de)Volver a la Escuela es un proyecto que busca apoyar a los futuros docentes durante su formación para el abordaje de las ciencias en el aula. En este marco, científicos de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y del Conicet brindan talleres y capacitaciones en diferentes institutos superiores de profesorado de las regiones uno, dos y tres de la provincia de Santa Fe.

Este año, las acciones comenzaron en San Guillermo, en el ISPI N°4006 “Santa Catalina de Siena” con la participación de más de 80 estudiantes y docentes. En esa ocasión se dictaron dos talleres: “Líquidos sorprendentes” a cargo de Joana Macagno y “Educación ambiental: transversalidad e interdisciplinaridad”, por Alejandra Durán.

“Fuimos recibidas con entusiasmo, la institución es la misma escuela en la que yo estudié y eso también suma”, comentó Macagno y destacó que este taller se convirtió en la primera visita de estos alumnos al laboratorio del instituto. “Tienen un hermoso espacio, muy equipado y pudimos usarlo con ellos”, subrayó.

La siguiente parada de (de)Volver fue el ISP N°60 de la ciudad de San Carlos. Allí fueron más de 100 los estudiantes de educación inicial y primaria que participaron de las instancias de capacitación. En esa oportunidad, Silvina Reyes brindó el taller “Química de los alimentos”, mientras que Alejandra Durán dictó una nueva edición del taller de Educación Ambiental.

El tramo final del proyecto comprende actividades en institutos de profesorado de las ciudades de Helvecia y Santa Fe. “(de)Volver a la Escuela” es impulsado por el Instituto de Desarrollo Tecnológico para la Industria Química (INTEC) y cuenta con financiamiento de la Agencia Santafesina de Ciencia y Tecnología.

Los talleres

El proyecto incluye propuestas de formación en diferentes disciplinas que tienen en común un fuerte énfasis en el desarrollo de instancias empíricas. Así, en el caso de la química de los alimentos, los participantes fueron invitados a dar cuenta de la complejidad y la variedad de abordajes que ofrece la alimentación como tema en el aula.

Después de una introducción teórica, los estudiantes pusieron manos a la obra y realizaron una variedad de experiencias que incluyeron determinación de proteínas y almidón en diferentes alimentos. Por otro lado, con espinacas y repollos hicieron extracción de pigmentos e incluso una cromatografía en papel para la identificación y separación de pigmentos.

En otro de los talleres, los estudiantes problematizaron el concepto de educación ambiental tanto a partir de su historia como de sus ejes principales. “Trabajamos sobre algunos enfoques pedagógicos para tener en cuenta a la hora de planificar actividades tanto para el aula, dentro de lo que es la Educación Formal, como en ámbitos de Educación No Formal”, detalló Durán.

Los estudiantes trabajaron en equipos en la puesta en ejercicio de uno de estos recursos, como los juegos de recorrido o la construcción de una agenda.

Finalmente, “Líquidos sorprendentes” aborda experimentalmente diferentes fenómenos fisicoquímicos. “Muchas veces se piensa que no se cuentan con los recursos necesarios para desarrollar experiencias por eso comenzamos revisando una lista de materiales que incluye crayones, papel, botellas de plástico, entre otros de uso cotidiano”, explicó Macagno.

Las diferentes experiencias propuestas incluyeron fenómenos de capilaridad, difusión, barreras hidrofóbicas, medición de pH y reacción ácido base. “El intercambio permitió pensar como adaptar estas experiencias a diferentes realidades y diseñar variantes”, contó.