Estudio científico

Contaminantes en la fabricación de pinturas

Jueves 28 de junio de 2007

Proponen el uso de "filtros" y catalizadores que puedan absorber y eliminar moléculas nocivas. El trabajo es conjunto entre investigadores de Argentina, otros países de Latinoamérica y España. También participa la UNL.

El olor a una pared recién pintada es fácil de identificar, y para algunos hasta resulta agradable. Pero en ambientes cerrados y en mayores proporciones, ese “olor” puede ser perjudicial para la salud.
Uno de los “culpables” de ese se aroma tan característico es el tolueno, un compuesto químico presente en las pinturas con las que habitualmente se pintan las paredes, en barnices, en algunos pegamentos y hasta en el brillo para las uñas. Ése y otros compuestos se desprenden en proporciones mucho mayores en los procesos de fabricación de –por ejemplo- las pinturas, y afectan especialmente a la salud de los trabajadores expuestos a esos procesos.
Apuntando a superar estas dificultades, un grupo de investigadores del Instituto de Catálisis y Petroquímica (INCAPE), dependiente de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), está buscando alternativas para eliminar estos compuestos tan dañinos para la salud y tan comunes en procesos industriales de este tipo.
Para eso plantearon un “prototipo catalítico” compuesto por una unidad de absorción y una unidad de eliminación, donde se encuentra una sustancia (catalizador) que acelera la velocidad de destrucción de los compuestos nocivos.
El trabajo forma parte de un proyecto de investigación conjunto entre otros investigadores del país, Latinoamérica y España, y también involucra a industrias, que se encargarán de probar el prototipo cuando esté listo, aproximadamente en dos años.
“En 1998 empezamos a trabajar en el área de eliminación de compuestos orgánicos volátiles”, indicó la Dra. Teresita Garetto, investigadora del INCAPE y docente de la FIQ. Con el tiempo, y a partir del contacto en congresos internacionales, “surgió la idea de presentar un proyecto conjunto con otros países, que también integrara a la industria”, agregó Garetto.

División del trabajo
Desde hace dos años los investigadores trabajan, en distintos puntos del planeta, en diferentes aspectos del mismo proyecto de investigación. En el INCAPE se encargan de ensayar qué tipo de catalizador es más conveniente para eliminar las moléculas nocivas que se desprenden de algunos procesos industriales.
“El proyecto está orientado a eliminar contaminantes que existen en la industria de la pintura, en talleres gráficos donde se hacen impresiones, o en las fábricas de solventes. En todos esos lugares hay vapores en la atmósfera que resultan contaminantes”, indicó Garetto.
En esos “vapores” se encuentran, en mayor proporción, compuestos químicos como etanol, acetato de etilo y tolueno, que son las que el grupo seleccionó para estudiar su posible eliminación a través de un catalizador, con lo que disminuye la contaminación del ambiente. Ese catalizador (el modelo de laboratorio se denomina “prototipo catalítico”) está siendo desarrollado en el INCAPE.
Pero antes de ser “destruidas”, esas moléculas deben ser absorbidas. Para eso también se desarrollan técnicas específicas, que en este caso están en manos de otro de los grupos integrantes del proyecto. “Otros grupos están estudiando distintos materiales que sean capaces de adsorber esas moléculas y concentrarlas; luego ingresan al sistema catalítico, y ahí es donde se produce su destrucción total”, explicó.
“Cada uno de los grupos tiene distintas actividades: unos se encargan de la preparación, otros de las caracterizaciones, otros de la evaluación en laboratorio para eliminar cada uno de estos contaminantes por separado, y otros en mezclas”, dijo Garetto.

Su aplicación
“Cuando se hizo la reunión de puesta en marcha del proyecto, nos habían recomendado a los representantes de distintos países que veamos qué empresa de la región estaba interesada en probar el catalizador. Yo busqué en la región, pero no encontré a nadie”, dijo Garetto.
Sin embargo, la indiferencia local pudo ser contrarrestada por el apoyo de industrias ibéricas, que serán las que prueben el prototipo apenas esté finalizado.
“Una empresa metalúrgica española avaló que cuando termine el proyecto se hagan ensayos ahí”, dijo Garetto.
El proyecto está subvencionado por el Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (CYTED) y lo integran –además de la UNL- la Universidad Nacional de La Plata, la Universidad Nacional de San Luis, la Universidad de Concepción (Chile), la Universidad de Antioquia (Medellín, Colombia), Cubapetroleo (Cuba), la Universidad del País Vasco (San Sebastián, España), la Universidad de Alicante (Alicante, España), el Instituto de Ciencia de Materiales de Sevilla (Universidad de Sevilla, España), la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa (México), la Universidad Católica y la Universidad Nacional de Ingeniería (Perú), la Universidad do Porto (Porto, Portugal), y la Universidad Central de Venezuela.

Los efectos
Compuestos como el etanol, acetato de etilo y tolueno “son tóxicos y se encuentran en muy baja proporción, aunque en corrientes de caudal muy grandes” en la industria, indicó Garetto.
La exposición al tolueno –presente en diluyentes de pinturas, barniz para las uñas, lacas y adhesivos- puede afectar al sistema nervioso; también puede producir cansancio, confusión, debilidad o pérdida de la memoria, y mareos y somnolencia cuando se inhala en altos niveles.
El acetato de etilo es comúnmente utilizado en esencias naturales de frutas, como solvente de nitrocelulosa, barnices y lacas; en la manufactura de piel artificial, películas y placas fotográficas, seda artificial, perfumes y limpiadores de telas, entre otros. Su inhalación causa dolor de cabeza, náuseas e incluso pérdida de la conciencia y puede inflamar las mucosas. En concentraciones altas causa convulsiones y congestión de hígado y riñones; aún a concentraciones bajas causa anemia.

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