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Con el objetivo de dar a conocer detalles de la implementación del Complemento al título, a modo de experiencia inicial, días pasados se llevó adelante una reunión encabezada por el secretario Académico y de Innovación Educativa de la UNL, Miguel Irigoyen, junto a Florencia Balestrino y María Julia Borca, del Área de Programación Académica, y miembros de diversas áreas centrales de Rectorado. 

“Se trata de una certificación académica que se expide de manera complementaria al título para registrar todas las trayectorias estudiantiles que no son contempladas en la exigencia para obtener la titulación. Normalmente en los analíticos sólo figuran las materias obligatorias del plan de estudios y las asignaturas electivas u optativas que los y las alumnas cursaron, pero no aparecen allí las becas, cientibecas, adscripciones pasantías laborales, movilidades internacionales, cursos, distinciones, temas de tesis ni proyectos de extensión de los que participaron. Y la migración final hacia Guaraní 3 de todas las facultades y centros universitarios nos permite iniciar el trabajo de prueba que implica analizar cómo funciona el registro de las actividades relacionadas a las áreas centrales; luego se iniciará el trabajo en las unidades académicas”, detalló Miguel Irigoyen, secretario Académico y de Innovación Educativa.

Trascender las asignaturas obligatorias

Entre las diferentes alternativas de construcción de recorridos curriculares para las y los estudiantes se encuentran la realización de asignaturas optativas y electivas, acreditación de idiomas extranjeros, participación de cientibecas, programas de extensión, proyectos de creación artística, tutorías académicas, voluntariados, prácticas en docencia e investigación, movilidades académicas internacionales, cátedras abiertas, escuelas de invierno y verano.

De esta manera, el objetivo es la configuración de un currículum que trascienda las asignaturas obligatorias de los planes de estudios de las carreras de la UNL, en una conjunción de múltiples experiencias y combinaciones de aprendizajes, interlocutores y caminos, donde se procura un rol protagónico del estudiante en su proceso formativo.

En tanto, se busca entender al Complemento al Título como una certificación abierta, que pueda incorporar nuevas actividades y acciones mediante solicitudes aprobadas por el Consejo Superior; y como contribución a los graduados que deseen continuar un posgrado, siendo un insumo valioso del perfil al momento de solicitar o acceder a una beca.

Como parte de  esta iniciativa, se capacitará al personal de la UNL que se encargará de generar la carga de las Trayectorias Complementarias en la Bitácora del Estudiante del SIU Guaraní.

Cabe señalar que el proyecto se ampara, entre otras, en la Resolución del Ministerio de Educación Nº 2405/17, que insta “proponer a las instituciones universitarias pertenecientes al sistema universitario nacional que, en el marco de su autonomía, puedan incorporar información que sirva de Suplemento al Título Universitario de las carreras de pregrado y grado, la que debería ser incorporada en el Certificado Analítico del graduado”.

Precursores en diseño curricular

Desde el Área de Programación Académica, Florencia Balestrino indicó que “nos parece interesante poner en valor el carácter de vanguardia de políticas académicas que siempre tuvo la UNL en relación a los diseños curriculares. Desde el Programa Millenium y toda la reconfiguración de planes de estudio que se dio a partir del año 2000 se recuperaron numerosas fortalezas que tienen que ver con la flexibilidad curricular. Así, la incorporación de asignaturas electivas, optativas o la acreditación de ciclos comunes de idioma extranjero, entre otras que se fortalecieron en los diseños curriculares, después hicieron muy compleja la implementación en la práctica. Lidera esa cuestión es el Programa de Cursos de Acción para la Integración Curricular (CAPIC), un gran trabajo que comenzó en el año 2001 donde se definieron asignaturas comunes por familia de carreras entre las distintas unidades académicas, que implicaba la circulación de actas en papel que hacía inviable la implementación en términos concretos y reales. Siempre íbamos más adelante con las ideas que con las condiciones de posibilidad de implementación”. 

“El Programa Millenium fue precursor en términos de marcar un norte que luego se fue reflejando en los diseños curriculares, con la incorporación de distintas alternativas de flexibilización de los diseños curriculares. Entendemos que la trayectoria de los estudiantes va más allá de las asignaturas que acredita y por todo lo que ofrecen los recorridos alternativos después les configuran un perfil particular de graduado. O sea que no es lo mismo un analítico que sólo tiene las materias del plan de estudios que otro donde figuran las distintas trayectorias que recorrió. Poder compilar todas estas experiencias que son ad hoc a lo estrictamente curricular le otorga al perfil del graduado una riqueza significativa que nos parece importante capitalizar y recuperar”, agregó.