15 de marzo
CETRI Litoral: 20 años de transferencia tecnológica
Lunes 17 de marzo de 2014
Como resultado de más de dos décadas de esfuerzo constante y del compromiso asumido, la UNL es reconocida a nivel iberoamericano por su trayectoria en vinculación y transferencia de conocimientos al medio.
La Universidad Nacional del Litoral (UNL) celebra dos décadas de trabajo ininterrumpido en vinculación tecnológica y transferencia de conocimientos al medio socio-productivo, tomando como hito la puesta en marcha –el 15 de marzo de 1994– del Centro para la transferencia de los Resultados de la Investigación (CETRI-Litoral). Si bien el trabajo en estas áreas data de más de tiempo, a partir de 1994, la UNL sentaba precedentes a nivel nacional en esta línea de trabajo con la creación de una estructura de interfaz. Este organismo de gestión busca facilitar los procesos que permitan que el conocimiento generado en el ámbito de la universidad sea apropiado por el medio y contribuyan al desarrollo productivo y social.
Durante todos estos años, el CETRI-Litoral tuvo modificaciones como producto de la dimensión y volumen que fue adquiriendo la transferencia de los resultados de la investigación por parte de la UNL, no sólo a nivel regional, sino nacional e internacional. Como resultado de este proceso, en el 2006, se crea la Secretaría de Vinculación Tecnológica y Desarrollo Productivo, dentro de cuya estructura se encuentra hoy comprendido el CETRI.
Primeros pasos de la transferencia
Con anterioridad a la creación del CETRI, muchas facultades realizaban servicios tecnológicos a terceros y otras tenían la inquietud de hacerlo. Sin embargo, se trataba de una etapa incipiente en donde no existía una estructura capaz de centralizar la demanda y realizar las gestiones de servicios de manera sólida.
“Desde la Reforma, hubo siempre un mandato de volcarnos a la sociedad y de atender los reclamos. Lo que nos faltaba era, por un lado, la definición un poco más ajustada de qué significaba esto de la transferencia de resultados de investigación al medio productivo y, por otro lado, qué significaba ayudar en los requerimientos puntuales que tiene la sociedad”, comentó Horacio Beldoménico, investigador de la UNL con amplia trayectoria en el desarrollo de trabajos conjuntos con empresas y el Estado. Beldoménico es director del Laboratorio Central de Servicios Analíticos de la Facultad de Ingeniería Química (FIQ) e integrante del mismo desde hace más de treinta años. Este laboratorio fue una de las primeras unidades ejecutoras de la Universidad.
“Desde el Laboratorio Central, en la década del ’70 ya veníamos realizando lo que podíamos en materia de servicios, pero de un modo desordenado. Todas estas situaciones se encauzan con la creación del CETRI porque vino a institucionalizar todas estas falencias, necesidades y carencias que tenía la academia al respecto. Por eso lo vivimos como un proceso de aprendizaje que se fue construyendo y superando todos los días, se creaban las necesidades y se iba tratando de solucionarlas”, recordó Beldoménico.
Hacia fines de los años ‘70 cada facultad comenzó a hacer sus primeros pasos en materia de transferencia tecnológica, los cuales eran de características embrionarias y débiles. Es decir, antes de la consolidación en términos institucionales de la vinculación tecnológica, todas las facultades realizaban de uno u otro modo servicios a terceros, pero no era una línea de trabajo prioritaria. Según Beldoménico “así se fue gestando una necesidad de institucionalizar estas acciones. Esto se fue viendo con las primeras resoluciones que fueron creando los organismos de vinculación como es el CETRI. Aquí hubo mucha influencia del modelo español y las OTRIs (Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación), y también hubo un cambio esencial en la mentalidad universitaria de centralizar todo e identificar problemas afines con otras facultades”.
En este contexto, “lógicamente, el CETRI marcó una etapa más sólida, saludable, perdurable, pensada e institucionalizada”, sostuvo el director del Laboratorio Central.
Crecimiento
“Entre las principales funciones del CETRI están el identificar las capacidades y resultados de la investigación que existen en la Universidad para que puedan ser aprovechadas por la sociedad. En este sentido, en estas dos décadas, la UNL ha fortalecido el trabajo conjunto con las empresas, el Estado y las organizaciones de la sociedad civil, ha evolucionado en el número de contratos con terceros que impliquen servicios tecnológicos y los montos involucrados, ha crecido la cartera de patentes y otros registros de propiedad intelectual y ha optimizado las gestiones, lo cual se refleja en los mecanismos de contratación ágiles, rápidos y flexibles que se ofrecen en la actualidad”, explicó Eduardo Matozo, quien fuera el primer director del CETRI y actualmente se desempeña como secretario de Vinculación Tecnológica y Desarrollo Productivo de la UNL. Asimismo destacó que se han profundizado las líneas de trabajo en la generación y desarrollo de emprendimientos, en la inserción laboral de los graduados y en la formación de personas dedicadas a estas tareas.
“Más allá de los buenos resultados obtenidos, seguimos trabajando para mejorar los mecanismos que nos permiten identificar necesidades en el medio que puedan ser resueltas u optimizadas con los aportes de la Universidad y en desarrollar más y mejores formas de promocionar lo que nuestra gente sabe hacer y los resultados obtenidos en el trabajo diario”, agregó Daniel Scacchi, director de la unidad de interfaz desde el 2003.
Por este trabajo sostenido, la UNL recibió en cuatro oportunidades los premios José A. Balseiro y en el 2010 el Premio Innovar a la transferencia tecnológica por la trayectoria. En el año 2013 se obtuvo la certificación de calidad con la Norma IRAM-ISO 9001:2008, para dos procesos de gestión desarrollados por el área de administración de servicios tecnológicos del CETRI Litoral.