Ciencia y Técnica UNL
Cómo afectó la inundación a las viviendas
Lunes 26 de mayo de 2003
Un grupo de profesionales de la UNL evalúa el estado edilicio de las viviendas afectadas por la inundación del Salado. Dicen que la creciente afectó directamente el 40 por ciento de la planta urbana y un 30 por ciento de la población de la ciudad.
Un total de 15.000 viviendas de una y dos plantas afectadas por las inundaciones están siendo relevadas por un equipo de especialistas de distintas instituciones que integran el Programa Volver a Casa. El operativo pretende evaluar provisoriamente las condiciones de habitabilidad de las edificaciones y detectar cualquier peligro que ponga en riesgo la vida de las personas.
Según indicó el equipo de trabajo que representa a la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU) de la UNL en dicho programa, la actividad consiste en “verificar las condiciones de seguridad desde el punto de vista edilicio y las condiciones higiénico-sanitarias de la vivienda y de su entorno próximo para, a partir de allí, definir la posibilidad de que sus ocupantes vuelvan a casa”.
La metodología implementada implica la visita domiciliaria de un equipo de profesionales que relevará los daños y completará una planilla previamente confeccionada. La visita está zonificada y responde a la distribución geográfica de las vecinales (44 en total).
Los equipos de trabajo están conformados por un profesional de la construcción (arquitecto o ingeniero) que realizará la evaluación; dos estudiantes de las carreras de arquitectura e ingeniería que encargados de realizar un croquis y de completar la planilla técnica edilicia; un profesional de salud ambiental que se ocupará de la planilla técnica del estado higiénico-sanitario y datos generales de la familia ocupante; y un electricista matriculado que hará la evaluación eléctrica. Como apoyatura complementaria, el equipo contará con profesionales de la salud mental.
De acuerdo con el primer diagnóstico, el sector urbano afectado está compuesto por construcciones tradicionales sobre el límite Este de la afectación; y construcciones más precarias avanzando hacia el Oeste. Se pueden diferenciar dos tipos de edificaciones:
- Las construcciones sólidas, con materiales nobles, muros de ladrillos, pisos cerámicos o mosaicos, revoques a la cal, cielorrasos de yeso, cubierta inclinada de chapa o losa de hormigón armado, instalación de agua fría y caliente con tanque de reserva, instalación eléctrica embutida, instalación sanitaria en funcionamiento, aberturas del tipo standard de madera, aluminio, o hierro y revestimiento en baño y cocina.
- Las construcciones precarias, con materiales livianos de durabilidad menor, muros de bloques de cemento, ladrillos cerámicos huecos o comunes de baja calidad, o la combinación de algunos de ellos, algunos cerramientos también de chapa, madera o de barro, con o sin revoques, pisos de cemento, o compactados de algunos materiales, cubierta de chapa, de paja, de cartón alquitranado u otras, instalación de agua fría con o sin tanque, instalación eléctrica aérea, instalación sanitaria deficiente, aberturas de chapa o madera de baja calidad, pozo absorbente (negro). En general, estas viviendas se ubican en las zonas más bajas.
“Probablemente el terreno natural se vea afectado en su capacidad portante debido al grado de humedad que va a tener en los próximos 5 o 6 meses”, indicaron los profesionales de la FADU. Esto trae como consecuencia la posibilidad de que aparezcan asentamientos diferenciados de los cimientos y posibles rajaduras, que afectan directamente la estabilidad de los inmuebles. Además, añadieron, “las napas están a flor de piso y la consistencia del terreno ha perdido solidez, para pasar a ser un suelo plástico por saturación”.
Por otra parte, la estructura de sostén de las viviendas (estructura portante) está seriamente comprometida, puesto que el agua produce un debilitamiento progresivo de los distintos materiales que componen el sistema tradicional de construcción, que sin dudas es el que predomina en el área afectada de la ciudad. Las casas que tienen estructura de hormigón armado (no la mayoría) son las que más pueden estar a salvo de estos asentamientos.
Para las viviendas que se vieron totalmente inundadas, se realiza el siguiente diagnóstico:
- Las cubiertas livianas metálicas se verán afectadas por el proceso de corrosión y probablemente quedarán inutilizadas.
- Las cubiertas pesadas (losas macizas) presentarán problemas de humedad y requerirán un tratamiento de recuperación y desprendimiento de cielorrasos, cuando éstos son adheridos.
- Las estructuras de sostén de madera deberán ser reemplazadas en el caso de cielorrasos colgados (niveles máximos de agua).
- Los sistemas eléctricos deben reemplazarse completamente si quedaron sumergidos durante un período superior a las 48 horas.
- Las cloacas deben revisarse completamente y, si hubo hundimientos de paredes que eran traspasadas por los caños, habrá que reemplazarlos. Si hay pozos negros, esperar que las napas vuelvan a sus niveles anteriores.
- Las aberturas en general podrán presentar alteraciones debido a la fuerza de la corriente del agua. Las de madera sufrirán deformaciones causadas por la humedad; sólo las macizas pueden salvarse, pero es probable que no quepan en sus respectivos marcos por la hidratación. Las metálicas quedarán sometidas a procesos corrosivos inusuales por la salitrocidad de las aguas, los ácidos, el combustible derramado, etc.
- Las terminaciones como cielorrasos, revestimientos, pinturas y empapelados serán consideradas como pérdidas.
- Los muebles de cocina, placares, cómodas, juegos de dormitorio y comedor, modulares, etc. se verán afectados en su totalidad, descartando totalmente todo lo que sea de madera no maciza. Los macizos han sobrepasado la prueba de resistencia, pero es prácticamente imposible abrir o cerrar una puerta y es imposible borrar las secuelas que en ellos dejó el agua (manchas, levantado de pintura o esmalte).
- La recuperación de los electrodomésticos depende de la situación en que se hayan encontrado, la calidad de fabricación y el proceso de secado; sólo de esta manera se podrá determinar su posible reutilización. Se considera posible la recuperación de entre un 40% a un 50 % de los artefactos afectados. Los daños provocados en una primera instancia pueden ser inadvertidos, pero si los procesos corrosivos ya comenzaron -fundamentalmente en los gabinetes- se puede predecir que la recuperación total será menor a los porcentajes inicialmente establecidos.
Según indicó el equipo de trabajo que representa a la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU) de la UNL en dicho programa, la actividad consiste en “verificar las condiciones de seguridad desde el punto de vista edilicio y las condiciones higiénico-sanitarias de la vivienda y de su entorno próximo para, a partir de allí, definir la posibilidad de que sus ocupantes vuelvan a casa”.
La metodología implementada implica la visita domiciliaria de un equipo de profesionales que relevará los daños y completará una planilla previamente confeccionada. La visita está zonificada y responde a la distribución geográfica de las vecinales (44 en total).
Los equipos de trabajo están conformados por un profesional de la construcción (arquitecto o ingeniero) que realizará la evaluación; dos estudiantes de las carreras de arquitectura e ingeniería que encargados de realizar un croquis y de completar la planilla técnica edilicia; un profesional de salud ambiental que se ocupará de la planilla técnica del estado higiénico-sanitario y datos generales de la familia ocupante; y un electricista matriculado que hará la evaluación eléctrica. Como apoyatura complementaria, el equipo contará con profesionales de la salud mental.
Primeras clasificaciones
No obstante el carácter provisorio de este primer relevamiento (se trata de pruebas piloto), el equipo de trabajo pudo determinar que “las inundaciones afectaron directamente el 40 por ciento de la planta urbana y un 30 por ciento de la población de la ciudad”.De acuerdo con el primer diagnóstico, el sector urbano afectado está compuesto por construcciones tradicionales sobre el límite Este de la afectación; y construcciones más precarias avanzando hacia el Oeste. Se pueden diferenciar dos tipos de edificaciones:
- Las construcciones sólidas, con materiales nobles, muros de ladrillos, pisos cerámicos o mosaicos, revoques a la cal, cielorrasos de yeso, cubierta inclinada de chapa o losa de hormigón armado, instalación de agua fría y caliente con tanque de reserva, instalación eléctrica embutida, instalación sanitaria en funcionamiento, aberturas del tipo standard de madera, aluminio, o hierro y revestimiento en baño y cocina.
- Las construcciones precarias, con materiales livianos de durabilidad menor, muros de bloques de cemento, ladrillos cerámicos huecos o comunes de baja calidad, o la combinación de algunos de ellos, algunos cerramientos también de chapa, madera o de barro, con o sin revoques, pisos de cemento, o compactados de algunos materiales, cubierta de chapa, de paja, de cartón alquitranado u otras, instalación de agua fría con o sin tanque, instalación eléctrica aérea, instalación sanitaria deficiente, aberturas de chapa o madera de baja calidad, pozo absorbente (negro). En general, estas viviendas se ubican en las zonas más bajas.
El nivel del agua
Las mismas viviendas pueden ser clasificadas de acuerdo con el tiempo en que estuvieron bajo el agua (hasta 48 horas y más de 48 horas); y según el máximo nivel de agua que presentaron.“Probablemente el terreno natural se vea afectado en su capacidad portante debido al grado de humedad que va a tener en los próximos 5 o 6 meses”, indicaron los profesionales de la FADU. Esto trae como consecuencia la posibilidad de que aparezcan asentamientos diferenciados de los cimientos y posibles rajaduras, que afectan directamente la estabilidad de los inmuebles. Además, añadieron, “las napas están a flor de piso y la consistencia del terreno ha perdido solidez, para pasar a ser un suelo plástico por saturación”.
Por otra parte, la estructura de sostén de las viviendas (estructura portante) está seriamente comprometida, puesto que el agua produce un debilitamiento progresivo de los distintos materiales que componen el sistema tradicional de construcción, que sin dudas es el que predomina en el área afectada de la ciudad. Las casas que tienen estructura de hormigón armado (no la mayoría) son las que más pueden estar a salvo de estos asentamientos.
Para las viviendas que se vieron totalmente inundadas, se realiza el siguiente diagnóstico:
- Las cubiertas livianas metálicas se verán afectadas por el proceso de corrosión y probablemente quedarán inutilizadas.
- Las cubiertas pesadas (losas macizas) presentarán problemas de humedad y requerirán un tratamiento de recuperación y desprendimiento de cielorrasos, cuando éstos son adheridos.
- Las estructuras de sostén de madera deberán ser reemplazadas en el caso de cielorrasos colgados (niveles máximos de agua).
- Los sistemas eléctricos deben reemplazarse completamente si quedaron sumergidos durante un período superior a las 48 horas.
- Las cloacas deben revisarse completamente y, si hubo hundimientos de paredes que eran traspasadas por los caños, habrá que reemplazarlos. Si hay pozos negros, esperar que las napas vuelvan a sus niveles anteriores.
- Las aberturas en general podrán presentar alteraciones debido a la fuerza de la corriente del agua. Las de madera sufrirán deformaciones causadas por la humedad; sólo las macizas pueden salvarse, pero es probable que no quepan en sus respectivos marcos por la hidratación. Las metálicas quedarán sometidas a procesos corrosivos inusuales por la salitrocidad de las aguas, los ácidos, el combustible derramado, etc.
- Las terminaciones como cielorrasos, revestimientos, pinturas y empapelados serán consideradas como pérdidas.
- Los muebles de cocina, placares, cómodas, juegos de dormitorio y comedor, modulares, etc. se verán afectados en su totalidad, descartando totalmente todo lo que sea de madera no maciza. Los macizos han sobrepasado la prueba de resistencia, pero es prácticamente imposible abrir o cerrar una puerta y es imposible borrar las secuelas que en ellos dejó el agua (manchas, levantado de pintura o esmalte).
- La recuperación de los electrodomésticos depende de la situación en que se hayan encontrado, la calidad de fabricación y el proceso de secado; sólo de esta manera se podrá determinar su posible reutilización. Se considera posible la recuperación de entre un 40% a un 50 % de los artefactos afectados. Los daños provocados en una primera instancia pueden ser inadvertidos, pero si los procesos corrosivos ya comenzaron -fundamentalmente en los gabinetes- se puede predecir que la recuperación total será menor a los porcentajes inicialmente establecidos.