En Entre Ríos
Apuestan a educar para controlar la hidatidosis
Miércoles 16 de abril de 2008
Expertos de la UNL realizan actividades en escuelas y organizaciones sociales de la provincia mesopotámica para ayudar a prevenir casos de hidatidosis. La información y los hábitos de higiene son claves en la lucha contra las enfermedades que se transmiten de
Un grupo de profesores y estudiantes avanzados de la Facultad de Ciencias Veterinarias (FCV) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) comenzó años atrás una serie de actividades de información, educación y diagnóstico destinadas a prevenir las enfermedades parasitarias que afectan a la provincia de Entre Ríos. El objetivo es formar redes sociales, a través de la capacitación, que ayuden a reducir las tasas de zoonosis.
El proyecto prevé trabajar con escuelas e instituciones de diferentes localidades de la provincia de Entre Ríos y con familias en zonas de marginación y luego proporcionar información relacionada con hábitos de higiene y estrategias a adoptar. A su vez, un grupo de estudiantes más avanzados se dedica a la formación de redes con médicos, veterinarios, bomberos y otros actores sociales.
“La idea es ir sembrando algo que quede más allá del proyecto y nosotros nos comprometemos a hacer el contacto de apoyo. Ese es el objetivo, ya que no se puede esperar un cambio inmediato, se trata de una tarea que lleva su tiempo”, explicó la Dra. Viviana Orcellet, docente e investigadora de la FCV de la UNL.
La hidatidosis es particularmente preocupante en la región, donde se ha detectado en el 10% de los animales faenados en un gran establecimiento agropecuario. Se trata de una enfermedad causada por un parásito del género Echinococcus que utiliza como hospedador definitivo a los perros y otros cánidos, y como hospedadores intermediarios al ganado ovino, caprino, bovino, porcino y accidentalmente al hombre. El contagio de las personas se ocasiona por la ingesta de los huevos de los parásitos en aguas contaminadas, alimentos mal lavados o el propio contacto con el perro no desparasitado. Las personas enfermas desarrollan quistes en distintas partes del cuerpo que pueden comprometer el funcionamiento de órganos con diversos grados de gravedad.
La situación en Entre Ríos
Las actividades de extensión surgen en respuesta al problema detectado en anteriores trabajos de investigación. Por una parte se diagnosticó la echinococcosis en caninos tanto en zonas periurbanas como rurales. “En áreas rurales de los departamentos Feliciano y Villaguay se muestrearon 16 establecimientos agropecuarios de los cuales 8 resultaron positivos a echinococcosis canina, lo que representa un 50% de establecimientos positivos. Para el caso de los caninos, respondieron a la dosificación 64, de los cuales 19 resultaron positivos con una prevalencia de un 30%”, sostiene un trabajo presentado por el equipo de trabajo de Orcellet en las últimas Jornadas Argentinas de Hidatidosis, llevadas a cabo en septiembre pasado por la Filial Argentina de la Asociación Internacional de Hidatidología.
También se relevaron los casos de ganado con quistes hidatídicos en un importante frigorífico del departamento Feliciano que recibe hacienda del centro-sur de la provincia de Corrientes y centro-norte de la provincia de Entre Ríos. Más del 10% de los animales allí faenados presentaron quistes de la enfermedad.
Ante este panorama, y considerando que la provincia de Entre Ríos no cuenta con un programa de control de hidatidosis, surgieron actividades que apuntan tanto a definir la situación como a apostar a la educación para lograr una mejor prevención.
En el marco del actual proyecto, “en Villaguay se trabaja en una escuelita rural que es muy problemática, donde hay casos de chicos operados de hidatidosis. Allí mismo se trabajará con el colegio de médicos veterinarios, con toda el área del hospital (médicos y agentes sanitarios), con la Municipalidad y con una escuela agrotécnica. En Rosario del Tala también hay otra escuela en similares condiciones”, detalló Orcellet.
Ciclo de vida de la hidatidosis
“El ciclo comienza cuando un hombre, que ha faenado una oveja por ejemplo, le tira las vísceras crudas al perro. Si el ganado tiene quistes hidatídicos en sus visceras, estos pasan al perro”, explicó Orcellet
El perro, a los 45 días de haber ingerido los quistes, comienza a evacuar huevos de Echinococcus granulosus en su materia fecal. Para dimensionar como se propaga, basta saber que un único Echinococcus granulosus puede tener en promedio 800 huevos. Estos diminutos huevos caen en el agua, en huertas y en los patios. Cualquier animal, ya sea oveja, cabra, cerdo, vaca, caballo o incluso el hombre que ingiera agua o alimentos contaminados con estos huevos desarrolla el quiste hidatídico.
“Este quiste puede ubicarse en cualquier órgano porque ingresa a la circulación. Los lugares principales son: en vaca, el pulmón; en cerdo, el hígado; y en el hombre se han encontrado en el sistema nervioso, tejido óseo, músculos, riñón, entre otros”, contó la investigadora.
El tamaño que pueda desarrollar el quiste depende del espacio disponible, por eso los quistes abdominales son los más graves, han llegado a desarrollar el tamaño de una pelota de rugby. A su vez, en cada quiste hay millones de protoescólises. Si el quiste se rompe, estos protoescolises se dispersan y pueden generar un nuevo quiste.