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Hoy martes 5 de junio se celebra en todo el mundo el Día del Medio Ambiente, fecha dispuesta por la Organización de las Naciones Unidas en 1972 con miras a profundizar la conciencia popular sobre el cuidado del ambiente. El mundo expresa su preocupación por la degradación del planeta tierra y en particular este año se toma como eje central "El deshielo: ¿un tema candente?" en apoyo al Año Polar Internacional, que se enfoca en los efectos que el cambio climático está teniendo en los ecosistemas y comunidades polares y las ulteriores consecuencias alrededor del mundo. Las principales celebraciones internacionales se llevaran a cabo en la ciudad de Tromsø en Noruega. 
En este marco, la Universidad Nacional del Litoral (UNL) junto con la Fundación Hábitat & Desarrollo han decidido realizar una actividad en el marco del día del medio ambiente en la Reserva Ecológica Universitaria en la costanera este. A partir de las 10 se plantarán ejemplares de árboles autóctonos en el predio de la reserva y se realizará una visita guiada con los alumnos de la Escuela Amenábar.

"El deshielo: ¿un tema candente?"
La temperatura de la Tierra ha aumentado aproximadamente 0,75° C desde la Revolución Industrial. Después de 1990 se registran 11 años con las temperaturas más altas de los últimos 125 años siendo el 2005 el año récord.
Las causas de este problema se concentran en las emisiones de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono (CO2) proveniente de la quema de combustibles fósiles. El análisis de las muestras de hielo evidencia que hay más CO2 en la atmósfera que en cualquier momento de los últimos 600.000 años. Se cree que en este siglo el calentamiento del planeta será de entre 1.4 y 5.8°C.
Los efectos del cambio climático ya son perceptibles: la contracción del casquete polar ártico; las aceleradas crecidas del nivel del mar; el deshielo de los glaciares alrededor del mundo; el derretimiento del permafrost; el deshielo anticipado de capas glaciares en ríos y lagos; la mayor intensidad y duración de las tormentas tropicales; la prolongación de las estaciones en latitudes medias y altas, y los cambios en los rangos y comportamientos de plantas y animales.
La preocupación central de los científicos es la posibilidad de un cambio climático abrupto que incluiría la reducción de las corrientes oceánicas, como la corriente del Golfo que calienta a Europa, y la modificación en los patrones de lluvia, como la estación de los monzones, fenómenos que afectarían la seguridad alimentaria de miles de millones de personas.

¿Qué podemos hacer?
Hay muchas opciones para evitar el cambio climático catastrófico: mejoras en la eficacia energética y el viraje hacia los recursos renovables y de bajo consumo de carbón, como la bioenergía, la energía solar, eólica y geotérmica. Un futuro con menos consumo de gases de efecto invernadero también exige cambios sociales. Actualmente millones de hogares recurren al sol para calendar agua y un número cada vez mayor de viviendas aprovecha la energía solar para producir electricidad.
En Islandia la abundante energía geotérmica e hidroeléctrica se canaliza hacia la obtención de hidrógeno a partir del agua como principal fuente de energía a fin de reemplazar los combustibles fósiles. En Brasil, el etanol obtenido a partir de la caña de azúcar ha reemplazado alrededor de 40% de la necesidad de gasolina en el país.
En todo el mundo las personas se unen para plantar árboles debido a que pueden desacelerar el cambio climático gracias a su capacidad de absorción de bióxido de carbono al crecer. Además, ayudan a disminuir la contaminación, mantener el frescor en las ciudades, proteger las cuencas y aminorar la erosión de los suelos.