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A partir de la incorporación del inciso 17 al artículo 75 de la Constitución Nacional en la reforma de 1994, se reconocen los derechos de los pueblos originarios. Sin embargo, en la práctica, siguen existiendo obstáculos para su cumplimiento. “El tema pluricultural es uno de los grandes desafíos del constitucionalismo del siglo que estamos comenzando a transitar. A pesar de los 16 años que han transcurrido de la reforma de la constitución del 94 no es mucho lo que se ha avanzado en el tema”, aseguró José Manuel Benvenuti, decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales (FCJS) de la Universidad Nacional del Litoral.
En este sentido, el tema fue debatido por especialistas de todo el país en el seminario “Nuevos desafíos para el cumplimiento de los Derechos Humanos de los Pueblos Originarios” que se realizó el 28 y 29 de mayo en la FCJS.
Benvenuti participó del acto de apertura del seminario junto con el presidente de la Asociación de Abogados/as de Derecho Indígena (AADI), Juan Manuel Salgado y el secretario de Justicia del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia de Santa Fe y director de Derechos Humanos de la Secretaría de Extensión de la UNL, Roberto Vicente.

Visión pluralista
“Argentina tiene muchas culturas y nacionalidades y antes el paradigma del derecho constitucional era la imposición de una de esas culturas sobre las otras, bajo la idea de que era una cultura superior. Gran parte de esto, en el plano normativo, comenzó a derrumbarse con la reforma constitucional”, detalló Sagado pero advirtió que “aún no se comprendió la profundidad, la intención y los efectos que tiene incorporar al Estado la preexistencia de los pueblos originarios”.
“La clave de la garantía de los derechos de libertad radica en  la igualdad que es el reconocimiento a las divergencias, a las culturas, etnias, creencias religiosas, y a toda una serie de cuestiones que hacen y que preocupan a la persona en el siglo XXI. Este es el objetivo sobre el cual debemos trabajar y la universidad cumple una tarea trascendente es este aspecto, fundamentalmente desde el punto de vista extensionista”, sintetizó Vicente.
“Hay que comenzar a pensar en un derecho que se va construyendo día a día mediante el consenso, las práctica y el debate. Un derecho que nos permita formar una sociedad más democrática. El reconocimiento de los pueblos originarios como pueblos diferentes nos permitirá tener a todos una visión más amplia, más pluralista, y más democrática”, concluyó Salgado.