Ediciones UNL
“La comida y la bebida son signos y hechos culturales”
Viernes 6 de julio de 2012
Este es uno de los fundamentos del libro “S/T. Sabores versus Tiempo” de Graciela Audero, presentado este miércoles 4 de julio en la Alianza Francesa. Es una coedición entre Ediciones UNL y EUDEBA y pertenece a la colección Itinerarios.
El vínculo entre los sabores y el tiempo, entre la comida y el paso de los años y su importancia como tema cultural, es la base del libro titulado “S/T. Sabores versus Tiempo”, o “los sabores que vencieron el tiempo y prevalecen”, como también podría leerse según su autora, Graciela Audero. La obra fue presentada este miércoles 4 de julio en la Alianza Francesa de Santa Fe.
En el acto estuvieron presentes el rector de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), Albor Cantard; el secretario de Extensión, Hugo Erbetta y el director del Centro de Publicaciones, José Volpogni y personalidades de la cultura santafesina. Durante la presentación, Cantard expresó que “la Universidad apuesta al libro como un objeto privilegiado de difusión, socialización, de construcción de saberes para conquistar múltiples lectores, y a la lectura como herramienta primordial en la construcción de ciudadanía. En ese camino, hoy estamos sumando un nuevo título a la Colección Itinerarios”. Además recordó que “hace dos años en este mismo lugar presentábamos el libro que antecede a este, hablo de ‘Gastronomía y Co.’, con la que la autora conquistó a los lectores. En este nuevo libro Audero se propone degustar sabores a lo largo de los años, es una propuesta muy tentadora”.
“S/T. Sabores versus Tiempo” es una coedición entre Ediciones UNL y EUDEBA y pertenece a la colección Itinerarios. La obra reúne y combina la historia de la comida salada, los dulces y las bebidas, desde la papa, la carne y las artes plásticas, pasando por el cuscús, los nombres de los platos argentinos, postres de la antigua Roma, los dulces franceses, el té, el café, el chocolate, el champagne, entre otros.
Algunos podrán considerar que el tema central del libro puede ser trivial o ligero. Sin embargo, la autora considera que “la comida está en el centro falsamente frívolo de discursos donde se entrecruzan la historia y la geografía, la ética y la medicina, la economía y política”.
Un libro desestructurado
Sobre la lectura del libro, Audero señaló que es desestructurada y libre, que el lector puede comenzar por donde más guste. Ello se debe a que en un contexto en que las personas tienen “una forma de vida frenética” y como consecuencia “tenemos una nueva forma de leer, también de pensar y de sentir. Precisamente S/T puede no leerse con un orden fijo, porque su estructura es descentrada como la de un buscador de Internet”.
El libro está compuesto por tres partes, como un menú, y el lector puede comenzar a “picar” las palabras y saborear cada texto en el orden que desee. “Tal como nos servimos del plato de una picada, podemos empezar por las bebidas, té o vino, seguir con la lectura del maíz o las pastas y terminar leyendo algo sobre el postre vigilante. Es decir, lo contrario al desarrollo del menú típico occidental que es rígido tanto en su composición como en el orden en que lo consumimos. Y es el orden lógico temporal del relato clásico. En cambio, S/T presenta una escritura discontinua como un ‘patchwork’, mas aún está dividido en fragmentos, son como pedacitos de un todo que dejan al descubierto hilos sueltos que pueden completarse en redes de lectura”.
También ese ‘patchwork’ es observable en la elección de los temas ya que al decir de la autora “como ensayista soy una observadora aguda y minuciosa en la relación entre la gastronomía y el lenguaje”, y continuó “me gusta la historia, la gastronomía, la disposición de la palabra en un texto. El tema de la comida es un asunto importante y no puede considerarse un asunto banal”.
El hecho cultural
Sobre si el tema de la comida es una cuestión superficial o ligera, esta obra lo refuta y lo demuestra en cada texto. “Nuestras actividades biológicas más elementales, comer, beber, defecar están estrechamente ligadas a normas, prohibiciones, valores, símbolos, mitos, es decir a lo que hay de más específicamente cultural, la comida y la bebida son hechos culturales, son objetos culturales, son signos culturales que nos remiten distintas significaciones alimentarias que abarcan temas como la identidad nacional, la salud, la desmesura argentina o la alimentación contemporánea”, argumentó Audero citando al filósofo Edgar Morin. Y continuó: “también se relacionan con situaciones como las ocasiones que reúnen alrededor de la mesa a comensales por motivo de trabajo, deportes, ocio, amistad”.
Entonces la acción de comer y beber, la comida en general, trasciende esa cuestión para remitir a otros temas y situaciones.