Urbanismo y Ordenamiento Territorial
“Santa Fe tiene que aprender a valorar su patrimonio arquitectónico"
Miércoles 13 de agosto de 2008
La opinión es de un catedrático brasilero, que estuvo en la UNL para dictar un curso en la Facultad de Jurídicas y Ciencias Sociales. El doctor en Derecho Ambiental y Urbanístico José Antonio Tietzmann e Silva destacó la importancia del ordenamiento jurídico,
"Comparado con algunas ciudades de Brasil, aquí poseen un patrimonio arquitectónico construido que está en buen estado”, dijo José Antonio Tietzmann e Silva, doctorado en Derecho Ambiental y Urbanístico por la Universidad francesa de Limoges y profesor de la Universidad Federal del Estado de Goías, en Brasil. Contrariamente a lo que los propios santafesinos creen, Tietzmann e Silva elogió nuestros edificios, aunque también indicó que “hay muchas cosas que limpiar o restaurar”.
“El patrimonio está de pie y eso es lo importante. Quizás hace falta que los habitantes aprendan a valorarlo, se enteren de la historia de su ciudad y se identifiquen con ella. A partir de ahí las medidas de protección serán más efectivas”, aseveró. Para Tietzmann e Silva es necesario revalorizar el patrimonio local a través de iniciativas como los proyectos de turismo cultural, por ejemplo. Para ello, es esencial un planeamiento a largo plazo.
“Lo que se debe hacer, no solamente en lo referido al patrimonio urbano sino también al patrimonio ambiental y natural, es encontrar una solución adaptada localmente para que ese haber pueda ser rentable económicamente. Una persona que tiene una finca no va a dejar un jardín si éste no va a darle ningún dinero, porque desgraciadamente vivimos en una sociedad donde necesitamos del provecho económico. Hay que tomar acciones imaginativas partiendo de un elemento local, y ahí es importante la participación social para buscar valorizar este patrimonio, no sólo visual o ambientalmente, sino también económicamente”, aconsejó.
Pero sucede que, al igual que en Brasil, en Argentina el poder económico muchas veces se sobrepone al interés general o la lógica del ordenamiento urbano, el territorio o la protección del medio ambiente: “Todo esto acaba por quedar en segundo plano y esos intereses económicos acarrean consecuencias muy desastrosas”, lamentó el docente, que estuvo en la FCJS para brindar un curso sobre Derecho Urbanístico.
Aplicación de las normas
“Escuché en Santa Fe lo que dice la gente sobre las inundaciones, las plantaciones de soja o la tala de bosques, que son problemas que uno ve en muchos países, pero esas son cuestiones que se solucionan no sólo dictando normas, sino aplicándolas. En Brasil hay un ordenamiento jurídico ambiental que está entre los más importantes del mundo, pero lo que hace falta es aplicarlo coherentemente, concretamente y con responsabilidad, en paralelo con acciones de educación ambiental. A partir de allí, dentro de una o dos generaciones, porque no hay que pensar que lo que hacemos hoy en materia de medio ambiente va a tener resultados mañana, nuestros nietos podrán tener condiciones de vida favorables”, señaló.
Ya sea por las actividades económicas y sociales o por el hecho de ser lugares que albergan seres humanos, las ciudades son grandes fuentes de contaminación en todos los sentidos. Por eso algunas ciudades han entendido su papel contra la polución. Ahora es necesaria la toma de conciencia del papel de las poblaciones para revertir esa contaminación ambiental, agregó Tietzmann e Silva.
“Muchas decisiones pueden ser tomadas por los ciudadanos. Pueden utilizar menos agua, consumir menos energía eléctrica, usar sus autos cuando es realmente necesario, por ejemplo. En relación a los gobiernos locales su papel es intentar reducir los residuos de alguna forma, establecer la selección de la basura, incentivar el reciclado. Son acciones simples, poco costosas comparadas con la creación de una estación de tratamiento de los vertidos urbanos. Aunque sea mínima, la contribución debe ser constante y ascendiente: el ámbito urbano tiene un papel muy importante para jugar”, indicó.
A la vez, el ordenamiento urbano no puede prescindir de la gobernabilidad. “Es más, en los grandes principios internacionales se está incorporando todo lo relacionado con la democracia participativa como procedimiento para la toma de decisiones públicas. En materia de urbanismo este concepto adquiere mucha fuerza porque es la población la que va a decidir lo que el poder local podrá hacer para mejorar las condiciones de la gente”, culminó.
El urbanismo
Más de la mitad de la población mundial y cerca del 80 por ciento de los argentinos vive en medio urbanos. En este sentido, el urbanismo es la disciplina que se dedica a las zonas urbanas y la relación con sus alrededores; y el ordenamiento territorial, la normativa que se ocupa de la distribución espacial de las actividades económicas, los equipamientos y los servicios públicos en el territorio, buscan soluciones para los sitios en que vivimos.