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Un total de 6.447 aspirantes se anotaron para cursar una carrera presencial de grado y pregrado en UNL, según se desprende los datos finales tras culminar el período oficial de inscripciones a las carreras de grado y pregrado correspondientes al año lectivo  2015, en su modalidad presencial. 

En comparación con el número total de jóvenes registrados durante las inscripciones de diciembre del año pasado, este año hubo un 19.9% más de inscriptos. De ese total, 2.765 son varones y 3.682 son mujeres.

¿Por qué más mujeres? Ivana Morelli, licenciada en Sociología egresada de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la UNL, explica que "a partir de que la mujer comienza a tener mayor rol y protagonismo a nivel sociedad, su presencia se extiende a todos los espacios, como el laboral, académico o científico. Esto puede tomarse como un puntapié inicial al ingreso de la mujer a esos ámbitos, que antes estaba únicamente delimitado y era específico para los hombres. Me parece que actualmente influyen muchos factores, tiene que ver también con la situación que está atravesando el país".

Suele suceder que en el imaginario colectivo se atribuye la diferencia de cantidades al mito de que 'en el mundo hay más mujeres que varones'. Pero Morelli aclara que no es así. Si bien eso es cierto, si tomamos los extremos de la pirámide poblacional, en los grupos etarios intermedios, la diferencia es poca.

Durante la primera década de este nuevo siglo la diferencia de inscriptos se mantenía de entre 300 y 500 a favor de las mujeres. Pero durante los últimos cinco años, ese número se duplicó y se estima que la brecha seguirá aumentando.

"Con el tiempo se acentúa cada vez más la diferencia de ingresantes varones y mujeres. Uno de los factores influyentes, es el tema de los patrones a nivel sociedad —comenta Morelli—. Existe una tendencia quizás, a saber a qué se inscribirían las mujeres. Las carreras humanísticas están asociadas a ellas, mientras que las tradicionales como medicina, abogacía, economía son más masculinizadas, por lo que el número de ingresantes varones es mayor. Eso tiene que ver también con un factor cultural instalado socialmente. Es muy difícil ver a un hombre estudiando una carrera, que a nivel sociedad, está categorizada para mujeres. Esos estereotipos con el tiempo se van a ir rompiendo", explica la licenciada.

Asimismo, en lo que tiene que ver con la deserción, la profesional describe que "muchas veces, por hacerle caso a esos patrones culturales o mandatos familiares, los jóvenes se inscribe en una carrera que no le gusta tanto, lo cual con el tiempo, llega a que se constituya como un factor más de abandono".

Por otra parte, según mencionó la profesional, el varón tiene mayor tendencia a abandonar una carrera cuando se le presenta una determinada situación o un obstáculo, especialmente cuando hay cuestiones laborales de por medio: mientras que ellos priorizan el trabajo (a veces empleos temporarios), las mujeres se adaptan a realizar varias tareas y pueden organizarse mejor los tiempos. Es decir, el factor laboral también es considerado influyente cuando se habla de porqué hay más mujeres que varones en la Universidad.