En el actual brote se detectó que ya no hay un serotipo prevalente sino que hay tres en circulación. Un experto de la FBCB analiza las particularidades de una amenaza a la Salud Pública que exige atención, incluso en tiempos de COVID-19.
Hace años que la población santafesina se fue familiarizando con la palabra “dengue”, las características del mosquito Aedes aegypti, las noticias de los casos y las campañas de descacharrado. Sin embargo la nueva epidemia de dengue que comenzó en 2019 trae aparejada una nueva amenaza ya que se constató la circulación de tres serotipos: DEN-1, el prevalente hasta este brote, pero también DEN-2 y DEN-4.
“La introducción de nuevos serotipos implica el aumento del riesgo de presentación de casos de dengue grave, con el consecuente incremento de la tasa de letalidad; y efectivamente se han registrado casos de mortalidad por dengue, incluso en la propia ciudad de Santa Fe”, destacó Juan Claus, docente-investigador de la FBCB-UNL.
De acuerdo con el Boletín de Vigilancia Epidemiológica del Ministerio de Salud de la Nación, al 20 de mayo de 2020 en Argentina, se registraron 38.181 casos de dengue de transmisión autóctona, distribuidos en 17 provincias y la jurisdicción de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Al respecto, el especialista señaló que “en este brote se observa una generalizada distribución de casos en todo el territorio provincial, pero con tres focos principales localizados en los departamentos General Obligado, Castellanos y Rosario, y particularmente en las ciudades de Reconquista, Rafaela y Rosario”.
Dengue en tiempos de COVID-19
Mientras el mundo mira con atención cada novedad en torno al nuevo coronavirus, el sistema de Salud argentino debe repartir sus recursos y esfuerzos para no desatender el brote de dengue. “No sabemos cuál será la evolución de COVID-19, pero en cambio tenemos la certeza que los brotes de dengue, y probablemente también de otras enfermedades producidas por virus transmitidos por Aedes aegypti, van a seguir ocurriendo”, afirmó Claus,
“Salvo que se produzcan eventos meteorológicos excepcionales, es previsible que el brote actual comience a disminuir su incidencia entre los meses de abril y mayo, y se agote en el mes de junio, con las últimas manifestaciones en los departamentos del norte provincial”, adelantó el especialista.
Esto se debe a que en esta región, un brote de dengue está limitado temporalmente por la biología del mosquito vector. La tasa de reproducción de Aedes aegypti disminuye en la medida que se reduce el número de horas diarias de luz natural, y deja de reproducirse cuando la temperatura mínima ambiente desciende por debajo de los 13-14°C.
Correr atrás
Consultado por las medidas y estrategias ante el actual brote de dengue, Claus fue categórico: “Lamentablemente debo decir que ya no hay mucho que hacer, salvo detectar precozmente los casos nuevos para hacer el seguimiento clínico y de laboratorio, y aislarlos para intentar así limitar el brote; además de aprender para poder estar mejor preparados para el próximo brote, que inexorablemente va a ocurrir”, afirmó.
El especialista explicó que cuando los primeros casos de dengue se producen, y no son detectados a tiempo y bloqueados adecuadamente, el brote se expande y lo único que se puede hacer es correrlo de atrás para intentar limitar su expansión, “generalmente con poco éxito”, destacó.
“Es necesario que las distintas instancias estatales (nacional, provincial y municipal o comunal) asuman el compromiso de mejorar la capacidad de prevención y control de brotes, implementando acciones en todos los niveles del sistema educativo que conduzcan a la promoción de la participación popular en la reducción de la población del mosquito vector, capacitando personal municipal y comunal en las metodologías de vigilancia de la actividad del mosquito en cada localidad, articulando protocolos de respuesta rápida ante la aparición de casos sospechosos de dengue entre las jurisdicciones municipales y provincial, y gestionando la provisión de stocks de equipamiento e insumos necesarios para su bloqueo precoz, entre otras acciones que ya no admiten dilación”, detalló Claus.
En este sentido, se trata de un desafío que debe abordarse en todas las escalas. Claus destacó que “la experiencia obtenida en la provincia de Santa Fe demuestra que no hay localidad, pequeña o grande, que esté exenta del riesgo de emergencia de brotes de dengue”.
Línea histórica: Dos décadas de dengue
Antes de 1997 – Argentina libre de dengue
1997-1998 – Primer brote
Entre 1998 y 2009 – pequeños brotes epidémicos en NEA y NOA
2009 – Primera gran epidemia nacional. 25.000 casos. 13 provincias. En Santa Fe, el principal brote fue en Hersilia.
2016 – Segunda gran epidemia nacional. 40.000 casos. 15 provincias. Primer brote en la ciudad de Santa Fe
2019 – Brote focalizado en la provincia de Santa Fe y con más de 350 casos en Santa Fe capital.
Priscila Fernández
Dirección de Comunicación de las Ciencias y las Artes
Secretaría de Ciencia, Arte y Tecnología