Bioarte
Poéticas de lo viviente

Lucía Stubrin

 

Colección: Ciencia y Tecnología

Áreas Temáticas: Arte, Historia

ISBN: 978-987-749-225-5

Número de páginas: 160

Tamaño: 25x17 cm

Precio: -

Disponibilidad: Problemas en la conexión, por favor intente nuevamente en unos momentos

Síntesis

Este libro aborda uno de los temas más apasionantes y controvertidos de la reflexión contemporánea. Desde las lejanas propuestas de un Steichen o un Dalí durante el siglo XX, desde el Delphiums de la década del 30 hasta los desarrollos de Joaquín Fargas por ejemplo, se extiende un linea jalonada por numerosos artistas que se han centrado en la manipulación biológica, instalando no solo una manifestación original del arte sino también un nuevo ámbito de experimentación de lo sensible. Con agudeza, la autora convoca la epistemología, la estética, la historia de la biologa y la filosofia para abordar tanto las condiciones de producción de este género como las consecuencias de su práctica. Apropiándose del carácter intersticial de su objeto, brinda una obra que opera en los intersticios: por un lado, exhaustiva explanación de las estrategias del campo; por el otro, inclusión del tema en el debate contemporáneo. Así, el texto se orienta tanto a lectores que se inician en el área como a expertos conocedores. Los primeros encontrarán un recorrido por distintos abordajes teóricosy la mostración de un significativo número de artistas mientras que los segundos podrán incorporarse al diálogo que Stubrin propone: para la autora, más allá de las expresiones particulares, de las discusiones éticas y de los deslumbrantes fuegos de artificio, el bioarte ilumina el trabajo colaborativo entre áreas, sujetos y especialidades, un desafío en la forma de producir conocimiento. Sindudas, Bioarte. Poéticas de lo iviente es un texto imprescindibleparaestudiar losmarcos, tensiones y manifestaciones de la nutrida producción bioartistica argentina y latinomericana.


EDICIONES UNL / BÚSQUEDAS

Catálogo Online


Ver libros del 2024
RECOMENDADO

Parques

En alguna medida un parque, una plaza o un square cumplen esa función de «atar la bestia», de permitirnos una escapada, aunque breve e ilusoria, a la naturaleza.