SELLO MAYOR

Desde su concepción e implementación en el año 1926, el Sello Mayor fue el elemento marcario encargado de traducir visualmente los valores que construyen la identidad institucional de la Universidad Nacional del Litoral. En el año 2000 se introduce un nuevo signo que complementa al Sello y reconfigura la dimensión marcaria de la institución. Desde entonces dicha dimensión se apoya sobre dos pilares: el comunicacional, compuesto por el sistema de marcas, submarcas, siglas y denominaciones de cada una de sus dependencias; y el de la garantía institucional, que descansa en el Sello Mayor.

Que como es esta la Universidad más joven, estima más apropiado optar por la figura de un efebo que, como en el clásico Mercurio de Juan de Bolonia, apareciera en actitud de ir iluminando a su paso con la antorcha que encendida levanta en alto; que en la parte superior iría como leyenda: Universidad Nacional del Litoral y, en la inferior, como lema: Lux Indeficiens, que quiere decir: Luz que no puede nunca faltar; que con enérgica concisión se expresaría así, que la acción de la Universidad estaría señalada por un trazo de luz que la precediera y que la rodeara en todo momento como una perenne irradiación del espíritu que la alienta en su noble empresa de difundir la cultura y cooperar al bienestar y al progreso social.

Como ha logrado reconstruir el Museo Histórico de la UNL, el proyecto del Sello Mayor estuvo a cargo del Rector Pedro Martínez. Hasta entonces, la Universidad había adoptado el escudo nacional como sello, pero muy rápidamente apareció la necesidad de plasmar en un emblema las ideas y las luchas que impulsaron la creación de la UNL como institución reformista. En un mensaje al Consejo Superior, el 30 de junio de 1926, Martínez resumía los componentes que tendría el sello*.

Plato de bronce con emblema de la UNL. Primera copia sobre el original de Alfredo Bigatti, dedicado a su mentor Dr. Pedro Martínez (1926). Museo y Archivo Histórico “Marta Samatán”. El original se encuentra en el Museo Provincial de Bellas Artes de Entre Ríos.

El escultor Alfredo Bigatti tradujo esas premisas visualmente. El resultado fue una figura en bronce que, sin abandonar su esencia, tendría diversas interpretaciones y adaptaciones. Con el devenir del tiempo se irían acumulando y superponiendo capas estéticas y formales sobre el dibujo que hasta el día de hoy conviven en distintos materiales. Esas variadas interpretaciones generaron desgastes y pérdidas de detalle desde la configuración original que fueron identificadas y tenidas en cuenta a la hora de rediseñar el sello.

1926

1963

1969

1975

1976

2000

Con base sólida en esta idea, y siguiendo la consigna de Bigatti de que “nadie empieza y termina en el arte, sino que el arte es una labor eterna de continuidades” se planteó el rediseño del Sello Mayor. El primer paso consistió en ir a las fuentes, por un lado revisando la geometría, el volumen y la estructura compositiva de la obra de Bigatti (1), por el otro recuperando la referencia histórica y artística del Mercurio de Giambologna citado por Pedro Martínez. El segundo paso fue readecuar las proporciones a partir de distintos cánones de representación de la figura humana, superponiendo y promediando, con la idea de construir un dibujo realista. Su impronta visual se caracteriza por un trabajo de facetado en la línea y el uso de diagonales y ángulos, de acuerdo con los lineamientos del rediseño integral de la identidad visual. (2) El tercer paso se concibió como un proceso de pérdidas, sustituciones e incorporaciones en el conjunto de elementos que complementan al Efebo y completan la totalidad del signo denominado Sello Mayor. (3)

Pedro E. Martínez en su discurso de asunción como primer rector elegido por Asamblea Universitaria plantea la consigna de que “El sentimiento es fuerza y la idea es luz”. Por esto el concepto madre Lux Indeficiens, la Luz que no puede nunca faltar, se potencia a partir de la incorporación de rayos de luz que irradia de modo central la clásica antorcha bañando toda la composición.

Inclinación de cuello y cabeza

En línea con la readecuación de las proporciones, también se modificaron algunos gestos en la figura. Un claro ejemplo es el ángulo de inclinación de cuello y cabeza para lograr una conexión sintáctica  y visual entre antorcha y Efebo.

En el original, el ángulo de inclinación de cuello y cabeza orientan la mirada hacia abajo.
Síntesis vectorial sobre original de Bigatti, año 2000.

La Clámide o Capa

El Entorno

Las nubes, que en la composición original se disipaban por la potencia de la luz y la marcha decidida de la juventud, se mantienen en esta actualización y se integran a una serie de elementos que se suman al sello y resaltan la pertenencia de la Universidad a la región, antes expresada en la presencia de los escudos provinciales.

Los nuevos componentes representan el paisaje del litoral, en un encuentro simbólico entre el río, la tierra y el Efebo. La línea del horizonte se curva levemente en alusión directa a una universidad que se despliega más allá de su territorio y se abre continuamente hacia una perspectiva global e internacional.

Puesta Tipográfica

La figura se apoya en la inscripción Lux Indeficiens, que además de antorcha y luz, se vuelve base y cimiento de toda la composición. Al lema se incorpora el año de creación de la Universidad Nacional del Litoral, consecuencia de un proceso que movilizó a amplios sectores de la sociedad santafesina, “quienes compartían posiciones afines al liberalismo y al laicismo e interpretaban la situación universitaria local en clave reformista”.* El conjunto se completa con la denominación Universidad Nacional del Litoral, con cada una de sus de letras dibujada especialmente. En esa tarea se recuperaron elementos del patrimonio escultórico, gráfico, tipográfico y arquitectónico de la institución, en consonancia directa con la familia tipográfica Lux Sans.

*La Universidad Nacional del Litoral en su primer siglo, Javier Aga, Fabiana Alonso, Claudio Lizárraga, Stella Scarciófolo, publicado en Una Universidad para el litoral. Ediciones UNL, Colección Centenario, 2019.

El diseño final se presenta como un equilibrado balance entre los elementos que se recuperan del bronce original de Bigatti y aquellos que se reinterpretan e incorporan. El resultado gráfico posee la complejidad y nivel de detalle necesarios para preservar toda la simbología y, al mismo tiempo, el grado de síntesis visual necesario para adaptarse a los diferentes soportes, materiales y dimensiones que demanda hoy la comunicación.

Este nuevo diseño recupera elementos centrales de la cultura, del patrimonio y de la identidad UNL a partir de un ejercicio de memoria que implicó indagar al mismo tiempo en el legado institucional y político de la Reforma, y en lo que tiene para decir hoy.

El proceso que se desarrolló para actualizar el Sello Mayor de la UNL, en paralelo y en consonancia con todo el rediseño de su identidad visual, implicó resignificar elementos simbólicos de la institución para dar respuestas a un escenario desafiante en lo comunicacional.

La intervención sobre el sello se hizo a partir de reconocer su peso simbólico, sus cualidades ideológicas, pedagógicas y estéticas, y sobre esos tres ejes se trabajó para lograr una imagen actualizada, basada en el lema “Lux Indeficiens”.

La decisión de llevar adelante este trabajo, con recursos propios de la Universidad y desde un abordaje interdisciplinario entre historia, diseño, artes visuales y comunicación, está en la línea de una tradición que encuentra a la UNL a la vanguardia de numerosas experiencias.

Al cumplir 100 años, y proyectando a la institución más allá de ese aniversario, se trabajó para lograr una imagen renovada que actualice los valores diferenciales de la identidad UNL y encuentre nuevas formas para expresarla.