Educación y extensión
“La calidad de la experiencia, define la calidad de la enseñanza"
Martes 19 de junio de 2012 / Actualizado el martes 19 de junio de 2012
Esta fue una de las afirmaciones de Alicia Camilloni durante las charlas que brindó sobre el tema de la educación experiencial en el currículo universitario, realizadas en las facultades de Humanidades y Ciencias (FHUC) y Ciencias Veterinarias (FCV) de la UNL.
Recientemente, se llevo a cabo el ciclo de charlas denominado “Los aportes de la educación experiencial en el currículo universitario” a cargo de Alicia Camilloni, directora de la Maestría en Didáctica de la Facultad de Filosofía y Letras e investigadora de la UBA. Los encuentros tuvieron lugar en las facultades de Humanidades y Ciencias (FHUC), en el marco de su 25 aniversario, y de Ciencias Veterinarias (FCV) y fueron coorganizadas por la Secretaría de Extensión de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y las Secretarías de Extensión de ambas facultades.
El eje de las charlas hicieron referencia al valor pedagógico de la inclusión de la educación experiencial en el currículo universitario, entendida esta educación como una estrategia de enseñanza que promueve el logro de aprendizajes auténticos e integrales en los alumnos, contribuyendo a su desarrollo profesional y personal.
El estudiante como protagonista
Camilloni explicó que los aprendizajes auténticos son aquellos construidos por los estudiantes, a partir de situaciones de acción concreta en la vida real. “Se puede hablar de aprendizaje experiencial cuando el aspecto cognitivo se integra al afectivo, dando lugar a la acción”.
Asimismo, la especialista destacó el lugar que ocupa el alumno como sujeto capaz de hacer elecciones y dar la pauta al profesor de lo que se puede aprender. En este sentido, señaló que “el profesor debe adecuar la enseñanza en relación a las necesidades del alumno. El profesor observa al alumno y en base a lo que va sucediendo va tomando decisiones.” Y continuó “la calidad de la experiencia del alumno, define la calidad de la enseñanza. Si el alumno no está impactado en lo cognitivo ni en lo afectivo y esto no genera cambios, la educación no es de calidad.”
Incluir la educación experiencial
Además, Camilloni resaltó las diferentes formas de inclusión de la educación experiencial en el currículo universitario, entre las cuales destacó al aprendizaje –servicio, ya que brinda beneficios tanto a los docentes, estudiantes como al receptor del servicio. También una modalidad académica que, además de promover la responsabilidad cívica, el desarrollo social y la formación ética, responde a una causa social. Y una modalidad que requiere de una asociación con la comunidad, del planteamiento de objetivos, de orientación docente, así como también, de prácticas de reflexión y evaluación. Camilloni resaltó que “para que todo esto sea viable, se precisa de un compromiso institucional que permita la sostenibilidad de los proyectos”.
Finalmente, la especialista caracterizó como “buenas prácticas de educación experiencial” a aquellas que priorizan la reflexión como condición necesaria para que el aprendizaje sea posible, aludiendo a que ésta “es la que transforma la simple experiencia en experiencia de aprendizaje” y la que “hace educativa la experiencia”.