En 2016 la empresa Adidas, en colaboración con el grupo de conservación Parley, lanzó en un modelo de zapatillas elaboradas a partir de la basura recogida en los océanos. Se trata de una edición limitada llamada Adidas x Parley diseñada con motivo de celebrar el Día Mundial de los Océanos que tuvo lugar el 8 de junio de ese año.
Este par de zapatillas de running está hecho con los desechos de plástico recogido en las zonas costeras de las Maldivas, así como con redes ilegales recuperadas del fondo marino. La compañía desarrolló un sistema que tiene la capacidad de procesar estos materiales para convertirlos en fibras con las que fabricar el calzado.
El hilo de plástico reciclado resultante fue bautizado con el nombre de Parley Ocean Plastic, tiene un color verde y se fue utilizado para recubrir la parte superior de las zapatillas. La fabricación se llevó a cabo mediante un método conocido como «Tailored Fibre Technology», una técnica que permite diseñar el calzado de manera personalizada para adaptarlo a las necesidades individuales de cada atleta.
Adidas y Parley anunciaron el inicio de su colaboración ya en 2015. Su proyecto tiene la finalidad de concienciar acerca de la contaminación de los océanos, así como demostrar que la basura puede ser reciclada para transformarse en un objeto útil, funcional y estético.
Vemos entonces cómo es posible hacer un producto para el mercado teniendo en cuenta el medio ambiente. En este sentido podríamos pensar que este caso muestra que el capitalismo y la sustentabilidad no son mutuamente excluyentes: la ciencia, la tecnología y el arte se pueden articular para desarrollar objetos de consumo que a su vez no sean agresivos al medio ambiente. La pregunta que se deriva de esto es ¿por qué, existiendo estas iniciativas, todavía subsiste la idea de que la contaminación del medio ambiente es producto del abaratamiento de costos de producción? Vemos cómo este caso muestra lo contrario…